Deportes | 07 Jun Las horas para viajar a Brasil cada vez son menos, pero las miradas del mundo futbolístico están centradas sobre un solo jugador a la hora de hablar de la selección uruguaya: Luis Suárez.
El delantero del Liverpool de Inglaterra es el que se lleva todas las miradas, teniendo en cuenta que día a día se aguarda por conocer cuál es el parte médico, qué avance ha tenido la evolución de la artroscopía de la rodilla izquierda del “Pistolero”, que tras su lesión de meniscos mantiene en vilo a mucho más que tres millones.
Y ayer se tuvo una buena nueva: por primera vez Suárez trabajó en cancha, pisó el césped del Complejo “Uruguay Celeste”, dejando en claro que la recuperación ha sido la esperada, y que si todo marcha como se espera es viable poder gritar los goles del “Pistolero” en el Mundial 2014.
Pero hay que ir día a día, más allá de que todos, tanto en el cuerpo médico, técnico y plantel, están esperanzados en contar con Suárez en la cita mundialista.
Ayer, por lo pronto, el delantero hizo 25 minutos de trabajos en cancha, que incluyeron primero una pequeña caminata, luego un estiramiento y también algunos minutos de trote, como para despertar sonrisas tanto entre los preparadores físicos Herrera y Urrutia que lo acompañaron, en el cuerpo médico y en el técnico Oscar Tabárez.
El entrenador habló en la mañana en conferencia de prensa, y con respecto a Suárez dijo que “la evaluación va a ser día a día, y en la medida que supere ciertas exigencias, pasará a trabajar de manera más exigente”.
“Ha trabajado en una elíptica, que es un paso más, y en función de cómo responde veremos si está en condiciones de ir al campo para caminar o correr”, agregó cuando aun el delantero no había pisado el césped, lo que se produjo a la tarde.
Tabárez dejó en claro que “Se sigue el plan establecido por el cuerpo médico y estamos adheridos a eso. Hasta ahora la cosa ha ido muy bien y eso nos tiene esperanzados de que la mejoría continúe. Pero no queremos establecer plazos ni vaticinios”.
El resto del plantel trabajó con normalidad. José María Giménez va evolucionando de buena manera de su pequeño esguince de tobillo sufrido en el amistoso ante Eslovenia, y trabajó con pelota.
Lugano, con sobrecarga muscular, hizo gimnasio en la mañana y en la tarde trabajó con sus compañeros, aunque no hizo fútbol en espacios reducidos como en resto.
El plantel viajará el lunes rumbo a Brasil, por lo que transcurren las últimas horas en nuestro país, en medio de gran expectativa de los hinchas que aguardan por una buena participación celeste en el Mundial.
Pero Tabárez intenta bajar los decibeles, y trata de no comparar demasiado a esta selección que competirá en Brasil, y a la que logró el cuarto puesto en Sudáfrica 2010, más allá de que muchos jugadores repetirán la experiencia.
“En aquel momento la situación era aquella, y sería injusto o temerario decir que ahora estamos mejor, porque eso se puede interpretar como que vamos a hacer una actuación mejor”, tiró como para dejar en claro cuál es su postura.
Para el entrenador celeste, que irá por su tercer Mundial al frente de la selección uruguaya luego de sus experiencias en 1990 y 2010, “cada competición tiene su propia realidad”.
Y se explayó: “en 2006 la final del Mundial fue Italia-Francia, y en 2010 quedaron eliminados en la primera fase y nadie lo había previsto. Nadie. Entonces, si hay tanto lugar para la incertidumbre, ¿por qué adelantarse a esbozar cosas que no se tiene la mínima certeza de lo que va a ocurrir? En eso soy muy drástico, estoy firme, y si digo que estamos mejor se puede interpretar que vamos a andar mejor. Y no sé si estamos mejor”.
El gran objetivo pasa por intentar superar la primera fase de ese difícil Grupo D, sabiendo que hay tres finales por delante.
Primero será cuestión de ganarle a Costa Rica, luego superar a Inglaterra y por último a Italia. Y después se verá.