Rurales | 08 Jun El doctor Hernán Ré, técnico de la profesión liberal en Argentina, sostuvo en el marco de las 42ª Jornadas Uruguayas de Buiatría, que las explotaciones tamberas están viviendo cambios, no solo en sistemas, sino también en desafíos productivos.
Dijo que la alimentación de las vacas lecheras también tiene que ir cambiando. “Le debemos dedicar el tiempo suficiente en cada establecimiento para lograr las mayores metas productivas, económicas y de salud a nuestros rodeos”, dijo en su alocución.
Aparte de los cambios en niveles productivos y de sistemas, “nos tendremos que acostumbrar a los cambios en condición de la economía global y que nos afecta directamente”, dijo Ré.
En su exposición, exhibió tres momentos bien definidos que viven las explotaciones lecheras en Estados Unidos. El ciclo entre los años 1980 a 1989 se caracterizó por tener baja variación de costos de alimentación, baja variación del precio de la leche recibida por el productor, y con buenos márgenes económicos para la explotación. Entre 1990 y 2006 fue un período estable en los precios de los ingredientes para alimentación y empezó una gran variación de los precios de la leche, atravesando momentos de buenos márgenes con otros de márgenes bajos.
En tanto, entre 2007 y 2012, hubo una gran volatilidad de los insumos en alimentación y cambios bruscos en el precio de la leche.
Esta volatilidad que caracterizó los últimos años “hizo que muchos productores estén replanteando su forma de producción, tratando de hacer más eficiente su explotación, y tratando de no ser reactivos a los precios sino buscar otros sistemas y formas de producción para poder soportar las variaciones de costo de insumos y combinados con variaciones en los precios de la leche”.

DIETAS
El balance de dietas en vacas preparto y producción, “nos lleva a pensar que son dos dietas diferentes y que pueden perseguir distintos objetivos”, señaló Hernán Ré. “Esto no es así, debido a que debemos atravesar uno de los momentos más difíciles en cuanto a la aparición de problemas de nuestras vacas. Y podemos decir que los 20 días antes del parto y los 60 días posteriores son clave para definir el potencial productivo de nuestros animales”.
Entiende que es importante hablar de balance de dietas “y no la podemos disociar de la economía de la explotación. Debemos tener en cuenta que el principal costo de la explotación es la alimentación. Este costo en término de porcentaje podemos decir que puede estar entre el 40% al 60% de nuestra actividad. Sabemos que comparar explotaciones en término de porcentajes no es lo correcto. Debido a que los diferentes niveles productivos, hacen que este valor no sea el correcto”.

BALANCE DE DIETAS
Hablando de balance de dietas en preparto “vamos a trabajar en la prevención de problemas alrededor del parto”, sostuvo el profesional argentino que por segundo año consecutivo disertó en Paysandú.
“Lo que tenemos que tener muy en claro es que las vacas se deben secar con el estado corporal óptimo, es decir entre 3,25 a 3,75. Este estado corporal lo debemos mantener hasta el momento del parto. El hecho de recuperar estado corporal en un animal seco no solo es poco recomendable, sino que la vaca es más ineficiente recuperando reservas en el período seco”.
Definió el período de vaca seca como 60 días en los cuales los primeros 30 son de vacas secas y los últimos 30 de preparto. “También se puede trabajar con un único período de preparto de 45 días; en este caso hay que ser muy prolijo al momento del secado, teniendo secado semanal de nuestros animales. En el caso se suplementar con sales aniónicas, éstas pueden dar problema en suministro por tanto tiempo. En el período de vaca seca la dieta debe cubrir los requerimientos de mantenimiento y gestación de la vaca”.

ALIMENTACIÓN
Ré hizo mayor hincapié en el manejo de la nutrición antes que en los requerimientos de las vacas en lactancia. “No porque uno es de mayor importancia que el otro, sino porque el éxito de uno depende del otro”, dijo.
En vacas en pastoreo como en animales encerrados, “tenemos que priorizar el entender a nuestros animales. Sabemos que hay que respetar sus tiempos, sabemos qué es lo que les gusta y debemos actuar en consecuencia”. “La alimentación en general depende de buenas condiciones de trabajo, con operarios bien entrenados, buenos comederos y limpios, sin barro en los comederos, y piquetes de descanso, con forrajes de excelente calidad al momento del pastoreo, excelente calidad de los forrajes conservados”.