Opinion | 09 Jun Tabaré Vázquez retorna al país desde España, donde –además de recibir el doctorado Honoris Causa en Salamanca-- realizó fuertes declaraciones hacia la oposición y también a la interna frenteamplista.
Después de arremeter contra los referentes políticos emergentes --como el joven candidato Luis Lacalle Pou quien cumplirá 41 años-- con una comparación que afectó a tirios y troyanos, cuestionó si Uruguay, España, Brasil o Argentina “¿van a arriesgar a jugar un campeonato con una selección Sub 20, por buena que sea? ¿o van a ir con su equipo de adultos, que ya ha participado y que conoce a sus rivales?”.
Es bueno recordar el palmarés de la joven selección celeste que llegó en dos ocasiones a la final de un campeonato mundial y cuenta con dos títulos de vicecampeón. Pero mientras se prepara para recibir otro Honoris Causa que en esta oportunidad se lo otorgará la Universidad de Maimónides, en Buenos Aires, Vázquez asegura creer en los “equilibrios generacionales, porque la vida es equilibrio” y seguramente piensa en el joven de 51 años, Raúl Sendic, que resultó el dirigente más votado en la interna frenteamplista.
O de otras votaciones que se transformaron en una sorpresa por sus liderazgos tardíos, como una no menos joven politóloga, Constanza Moreira, que con 54 años surgió como referente de un sector disidente al vazquismo.
Y si nos metemos en la interna gubernamental, podríamos referirnos a la voz cantante y sonante del presidente José Mujica: un joven Diego Cánepa, que con 42 años brinda una versión más mujiquista del gobierno que el propio presidente y así podríamos continuar con una selección Sub 20 de legisladores en ambas cámaras.
No obstante, otros países se arriesgaron en su momento con una selección parecida. Como ejemplos de ellos se encuentra Barack Obama que tenía 47 años al asumir; el mexicano Enrique Peña Nieto con 45 al momento de subir al poder, Rafael Correa de Ecuador que contaba 42 o Evo Morales que tenía 46 o incluso el fallecido Hugo Chávez que ascendió a la presidencia por primera vez en 1999, con 44 años.
Hay ejemplos no solo en América sino en el mundo, donde los jóvenes sin experiencia asumieron el poder en sus países y los equilibrios que conllevan. Porque en definitiva, tal como lo dijo el visionario e intelectual inglés, Aldous Huxley, “la experiencia no es lo que te sucede, sino lo que haces con lo que te sucede”.