Deportes | 14 Jun Escenario: Estadio Arena Fonte Nova de Bahía. Árbitros: Nicola Rizzoli, Renato Faverani y Andrea Stefani (Italia).
España: Casillas; Azpilicueta, Sergio Ramos, Piqué, Jordi Alba; Xabi Alonso (62’ Pedro), Sergio Busquets; Silva (78’ Fabregas), Xavi, Iniesta; Diego Costa (62’ Torres). DT: Vicente Del Bosque.
Holanda: Cillessen; Janmaat, De Vrij (76’ Veltman), Vlaar, Martins Indi, Blind; De Jong, De Guzman (62’ Wijnaldum); Robben, Sneijder y Van Persie (78’ Lens). DT: Louis Van Gaal.
Goles: 27’ Xabi Alonso (de penal), 44’ y 72’ Van Persie, 52’ y 80’ Robben, 64’ De Vrij.
Amonestados: De Guzman, De Vrij, Van Persie (H); Casillas (E).

Holanda lo debe haber disfrutado a más no poder. Debe haber gozado con haber dado vuelta el partido y concretado un 5 a 1 histórico.
Tiene que explotar de alegría después de que Robben hiciera gala de toda su calidad, de que arrodillara a un Casillas que solo podía morderse los labios mirando al cielo, queriendo que el partido terminara lo antes posible.
Tiene que haber gozado con la definición de Van Persie y la potencia y el no dar pelota por perdida para seguir aumentando la diferencia.
Nadie puede decir que fue revancha de lo sucedido hace cuatro años atrás, porque en este partido no hubo Copa del Mundo en juego.
Apenas si se trató del choque que abrió el Grupo B del Mundial 2014, con tres puntos en juego. Pero ¡qué partido!
Porque no fue revancha pero fue un compromiso por demás especial, entre el campeón y vice del mundo, entre dos candidatos en lo previo, aunque hubo dos caras adentro de la cancha. España fue una sombra y se sintió totalmente superado por una Holanda que se repuso del dominio inicial del campeón, e incluso a la polémica incidencia en la que el árbitro cobró penal ante Diego Costa, que Xabi Alonso tradujo en gol.
David Silva estuvo a punto de anotar el segundo pero se encontró con gran reacción del golero, e inmediatamente llegó un golazo de cabeza de Van Persie para decretar la igualdad.
Y se terminó España, mientras Holanda floreció y maduró. Porque entró diferente al complemento, sacando provecho de las demasiadas falencias de un equipo español que no hacía pie, que no controlaba la mitad de la cancha y que sufría increíblemente en defensa.
Robben anotó otro golazo, el primero de su cosecha, parando la pelota en el área con calidad para definir igual. Y llegó después el tercero, de De Vrij, es cierto que con falta de Van Persie (que había reventado el travesaño poco antes) sobre Casillas que el árbitro ignoró y a Holanda poco le importó.
El golero español se mandó un blooper de novela al recibir y querer jugar la pelota, y terminó en el cuarto.
Y Robben decretó la lotería picando en velocidad y dejando a Casillas en cuatro patas y sumergido en la desesperación absoluta, más allá de que luego se mandaría un par de atajadas bárbaras.
El campeón terminó así, de rodillas, humillado. Y obligado.
Holanda tuvo su debut soñado.
No fue revancha, pero vivió una tarde empalagosa para demostrar que la quiere.