Paysandú, Lunes 16 de Junio de 2014
Locales | 12 Jun Fue realizada anoche la sesión especial de la Junta Departamental correspondiente al Día de Paysandú Ciudad, tal como ocurre desde 1964 a la fecha, en esta ocasión con un emocionado homenaje a la memoria de la señora Nidia Lagurara de Deleón, montevideana de nacimiento y sanducera por adopción. De ella dijo la disertante, doctora Graciela Tacain, que fue “una sanducera del corazón”. La recordó como “profesora de Geografía siempre actualizada y eficiente” e “integrante del Garden Club Paysandú, defensora de la naturaleza y muy generosa, al punto que siempre obsequiaba sus rosas”. Pero fundamentalmente centró su alocución, precisa y muy conceptuosa, “en la obra social en Aprodime, en la que dio sus primeros tímidos pasos en 1987”.
En el acto estuvieron presentes los hijos de la homenajeada, Gonzalo y Rodrigo Deleón Lagurara y demás familiares, representantes por Paysandú, autoridades civiles y militares, dirigentes de Aprodime-Bárbara Inhelder encabezadas por su presidenta, doctora Loyda Ponce y varios de los jóvenes que tienen en ella el amparo y estímulo para la necesaria inclusión en sociedad. Fueron recibidas salutaciones del embajador de Uruguay en Italia, Alberto Brescia, sobrino de Nidia, así como de los representantes Gustavo Rombys y Cecilia Bottino.
En la mesa del cuerpo el presidente Silvano Baiz estuvo acompañado por la secretaria general de la IDP, Mónica Peralta y la disertante, quien ha sido durante muchos años incansable dirigente de Aprodime.
GRAN APORTE
La doctora Tacain dijo que fue una mujer “caracterizada por una personalidad inquieta; abrazó diferentes causas con singular vehemencia que la destacaron dentro de nuestra comunidad. A pesar de ser montevideana forjó su lugar y su familia junto a su esposo, Yamandú Deleón en este nuestro terruño. Si hay algo por lo que hoy estamos en este lugar recordándola fue su obra en Aprodime, Asociación de Padres Pro Discapacitado Mental, convertido hoy en un centro de atención integral al discapacitado intelectual con o sin déficit asociado y apoyo a sus familias”. Dijo también representar “a todos los alumnos, funcionarios, directivos y familia de la institución del pasado y el presente”, pasando a hablar en primera persona ante un retrato de Nidia que fue exhibido en el sector de acceso a la JDP. Recordó sus esfuerzos y desvelos “en una época en que la sociedad no estaba preparada ni se abría para enfrentar las necesidades que estos jóvenes requieren”. Posteriormente recordó momentos en que se luchó contra la decisión del BPS de cesar la ayuda económica, la cual era y es fundamental para el funcionamiento, logrando que no se le tocara. También le atribuyó “inteligencia, don de persona y espíritu indomable que llevó a lograr la integración con otra institución, Barbara Inhelder, que atendía a niños pequeños y estaba dando sus primeros pasos, con padres jóvenes y abuelos comprometidos con el mismo objetivo: un lugar en la sociedad para las personas con discapacidad intelectual y un centro de atención integral que le ofreciera un lugar para lograr el máximo desarrollo”.
Subrayó la donación del terreno por la “generosa familia Estevez-Gómez con frente a la avenida Enrique Chaplin 626, y tengo el dolor de informar que ayer falleció este gran colaborador nuestro”; el proyecto como tesis final de su carrera por la arquitecta Helena Heinzen y donado a la institución, “sin barreras arquitectónicas, concepto desconocido en aquella época y que hoy hace a nuestra institución merecedora de un reconocimiento: cumple con normas de accesibilidad”.
CONCRECIONES
Destacó el apoyo de la prensa, Intendencia, BPS y otras instituciones oficiales y privadas que hicieron posible la construcción que “hoy es un orgullo a nivel nacional. Es difícil poner en palabras todos los momentos vividos, las expresiones tan particulares, tu dialéctica, tus chalinas al cuello que te acomodabas y ese sentimiento de cariño y respeto que generabas hacia ti, sin darte cuenta, por tu humilde forma de proceder”. Destacó de sus virtudes el ser “diplomática, optimista, voluntariosa, valiente, entusiasta, muy generosa. Disfrutabas trabajando en equipo y aún en la distancia recordabas a Aprodime”.
“Eras también un ejemplo contagioso de ‘se puede’, se comprometió e integró a sus amigas integrantes de Ceupa”, expresó la doctora Tacain entre otros conceptos elogiosos por la vida y obra social de Nidia Lagurara de Deleón.
Como cierre fueron proyectadas en pantalla ubicada en la sala varias docenas de imágenes de artículos de prensa, especialmente de EL TELEGRAFO y fotografías, amojonando el derrotero de Aprodime y la presencia siempre cercana y muy valiosa de Nidia. Al finalizar se entregaron reconocimientos por el presidente Baiz a la disertante y a los doctores Gonzalo y Rodrigo Deleón Lagurara, agradeciendo este último en nombre de toda la familia el homenaje tributado.
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