Deportes | 13 Jun Con 45.000 personas en las tribunas del estadio Arena Corinthians, en Sao Paulo, y miles de millones siguiendo las instancias a través de la televisión, se desarrolló una corta y austera ceremonia inaugural del Mundial 2014, diseñada por la coreógrafa belga Daphné Cornez, quien reclutó a poco más de 600 bailarines, quienes llevaron adelante lo programado en el terreno de juego. La naturaleza y las diferentes razas estuvieron representadas durante la ceremonia, en la que la vedette fue una bola gigante de leds en el centro de la cancha, que fue cambiando de color según el momento de la ceremonia.
Instrumentos musicales gigantes, que marcan gran parte de la historia musical del país de la samba y la bossa nova, fueron los protagonistas principales de la fiesta en la que la cultura afrodescendiente estuvo firmemente representada por la danza de capoeira, entre otros.
Los bailarines no solo representaron a la naturaleza sino también a las diferentes regiones del país.
Con la percusión del grupo Olodum, conocido internacionalmente por haber tocado con Michael Jackson en la década de los noventa, la citada bola de leds se abrió cual flor para que aparecieran Jennifer López (confirmó a último momento su participación), Pitbull y Claudia Leitte para hacer un sufrido playback de la canción oficial del Mundial, “We Are One”.
Prácticamente no se apreció en el puntapié inicial dado por un parapléjico en un exoesqueleto, que fuera anunciado con bombos y platillos pero que la televisión apenas reflejó.
Según los organizadores, para cada minuto del espectáculo se invirtieron 20 horas de ensayos y para el proyecto fueron utilizadas 15 costureras, 120.000 metros de tejidos, 50.000 metros de hilos, 50.000 piedras y cristales decorativos, 300 metros de cremalleras y 606 aderezos.
Al término de la ceremonia, una vez que se anunció la apertura oficial del Mundial, parte del público insultó a la presidenta brasileña Dilma Russeff, quien enfrenta un gran descontento social por la millonaria inversión realizada para la cita mundialista, pero sobre todo por los increíbles sobreprecios en la construcción de estadios y demás dados a conocer en los últimos tiempos. Desde la mañana se vivieron horas de tensión en Sao Paulo y Rio de Janeiro por las protestas, que fueron reprimidas por policías y militares.