Opinion | 17 Jun En 2016 Uruguay estaría en condiciones de ser líder mundial en la producción de energía eólica en cuanto al porcentaje de la generación total de electricidad, según surge de un informe elaborado por la consultora SEG Ingeniería, la que evalúa la magnitud del aumento de la generación de energía eólica en el cambio de la matriz energética que desarrolla UTE.
Precisamente las previsiones indican que dentro de dos años el 90% de la producción energética se obtendrá a través de fuentes renovables y se espera que la energía eólica represente la tercera parte de la generación.
El documento de la consultora considera la incidencia en términos de energía de este origen respecto al total de la energía eléctrica generada en el sistema y da cuenta que en 2016 se producirán unos 3,7 TWh/año (teravatios-hora al año) provenientes del viento.
“Según datos de la Administración del Mercado Eléctrico (ADME), la demanda de Uruguay fue de 10,3 TWh en 2013, por lo que suponiendo un incremento del 3% anual, se puede proyectar la demanda del año 2016 en 11,2 TWh. Esto implica que para el 2016, probablemente la penetración de la energía de origen eólico alcance al 33% del total de la energía eléctrica generada en el sistema”, explicó el documento.
Actualmente, el líder en generación de energía eólica es Dinamarca, con un 28% de penetración, que pasaría al segundo lugar desplazado por Uruguay en 2016, en tanto para nuestro país la previsión es contar con 1.200 megavatios ese año, tomando en cuenta todos los parques que ya están adjudicados a privados o los de UTE que se encuentran en distintas etapas.
Un documento de UTE señaló que la apuesta a la renovación de la matriz energética ya comienza a dar sus frutos y que ya cobran una visibilidad notoria las fuentes alternativas como la biomasa y la eólica. “Sobre todo la eólica, que irá creciendo en su aporte hasta llegar a ocupar, en promedio, la tercera parte de la demanda”, precisó el informe.
La proyección de UTE para fines de 2015 es que habiendo vientos se utilice el recurso eólico y se ahorre agua, y cuando falte el viento se use esa agua disponible por el ahorro realizado. Y ante la escasez de agua y viento se podrán utilizar las centrales térmicas que tendrán como fuente principal el gas natural (que se producirá en la planta regasificadora ubicada en Puntas de Sayago). A la vez, cuando el sistema esté completamente desarrollado, con 1.200 megavatios de energía eólica conectados a la red, durante la madrugada (horas de menor consumo) y habiendo buenos vientos, toda la demanda podrá ser abastecida por medio de los aerogeneradores, consigna el informe de UTE, que indica que la proyección es que en este segundo semestre se alcancen los 800 megavatios de eólica y en los primeros seis meses de 2015 sean 1.077 megavatios.
Los emprendimientos de renovables, de acuerdo a fuentes del ente, optimizarán el costo de la generación y esa mejora en 2016 será del orden de un 30%, en tanto la baja de tarifas --al aplicarle costos de transmisión y distribución, entre otros-- alcanzaría el 15%. En este contexto debe evaluarse que se espera que en 2015 haya instalados 23 parques de este tipo en 11 departamentos, como es el caso del Eólico Maldonado, ubicado en la Sierra de los Caracoles, en la Ruta 39, que fue adjudicado por UTE a la empresa R del Sur en el año 2011. Este emprendimiento, de 25 aerogeneradores, implicó una inversión de 100 millones de dólares y fue inaugurado en abril de este año.
El presidente del ente, Gonzalo Casaravilla, destacó que este es un parque de 50 MW, lo que equivale a la energía que consumen 50.000 hogares. “De hecho, cuando a fin del año 2015 tengamos 1.000 MW instalados vamos a poder decir que la energía eólica es la que alimenta a todos los hogares del Uruguay y a todas las familias del Uruguay”, subrayó, y recordó que poco antes se había inaugurado en Tacuarembó el Parque Eólico Peralta, de la empresa Palmatir S.A., ubicado en el kilómetro 275 de la Ruta 5 y tiene el mismo potencial de generación que el de Maldonado.
UTE prevé que para fines de este año se podrán tener 811 megavatios disponibles de generación de energía eólica, en tanto la empresa estatal prevé llegar en el primer semestre de 2015 a los 1.077 MW y a fines de ese año a los 1.159 MW, y a ello se agregará la disponibilidad de una nueva central térmica de ciclo combinado alimentada con gas natural a partir de la la regasificadora de gas natural licuado.
Según autoridades de UTE, estas innovaciones permitirán reducir los costos de generación y por lo tanto las tarifas de electricidad a los clientes de la energía eólica, aunque fuentes del organismo aclararon que el perfil de incorporación de energía eólica por los diversos emprendimientos en curso, ya sea privados, asociación de UTE con la brasileña Electrobras, la UTE a través de sus inversiones presupuestales, el leasing operativo, entre otros, depende de varios factores y de acuerdo con los mismos es el resultado que tendrá la empresa estatal para el costo de abastecimiento de la demanda.
La próxima incorporación de la regasificadora en Montevideo y la expectativa de una participación altamente significativa de las energías renovables en la matriz energética en 2016 son una buena noticia para un país que durante mucho tiempo dio la espalda a las posibilidades de incorporar energías limpias y renovables a la matriz, aunque la energía hidráulica ha sido un logro que data desde hace ya décadas y se estima que los grandes emprendimientos en esa área ya están concretados, con margen solo para eventuales pequeñas usinas hidroeléctricas.
El punto es que aún incluyendo las anunciadas rebajas, las tarifas eléctricas son las más caras de América del Sur y la cuarta más elevada entre 28 países relevados en la región y el Caribe, lo que indica que aún teniendo en cuenta los avances en la matriz, el precio de la energía eléctrica sigue pesando onerosamente sobre el costo país para los sectores que venden bienes y servicios, afectando fundamentalmente la competitividad para quienes exportan o compiten con productos de importación, a la vez de encarecer el costo de vida en la economía doméstica.