Opinion | 15 Jun La Comisión del Patrimonio Cultural de la Nación, dependiente del Ministerio de Educación y Cultura dio a conocer la disposición firmada por el ministro Ricardo Erlich estableciendo que la fiesta nacional Día del Patrimonio se celebrará los días 4 y 5 de octubre del presente año.
En esta oportunidad el tema central que se propone es “El espacio público, arquitectura y participación ciudadana al servicio de la comunidad”.
Como se sabe, en esta fiesta, todos los edificios gubernamentales, museos, instituciones educativas, iglesias, construcciones y hasta casas particulares, que tengan interés histórico o arquitectónico están abiertos gratuitamente al público. Si bien en sus comienzos el énfasis estaba en el patrimonio arquitectónico, con el devenir del tiempo se comenzó a ampliar la noción de patrimonio para abarcar todo aquello material e inmaterial que se valora en el imaginario colectivo, desde los monumentos históricos hasta los ritmos uruguayos de la murga.
El Día del Patrimonio se celebró por primera vez en Uruguay en 1995, siendo una iniciativa del arquitecto José Luis Livni. Su popularidad ha crecido año tras año. En el año 2000, se estima que más de 500.000 personas participaron de las distintas actividades. En las primeras ediciones se dedicó un solo día y fue principalmente en Montevideo. Posteriormente, al irse agregando más lugares a visitar y viendo el éxito que tuvo esta iniciativa, con gran cantidad de personas que a veces hacían largas colas para poder ingresar a los sitios de su interés, las autoridades decidieron que se extendiera a dos días, sábado y domingo, aunque la celebración mantiene la denominación de Día del Patrimonio.
Según lo dispuesto, en el presente año el tema central que se propone es “El espacio público, arquitectura y participación ciudadana al servicio de la comunidad”.
Si bien es cierto, al respecto, que Paysandú cuenta con muchos y muy atractivos espacios públicos sería verdaderamente auspicioso que celebrara esta jornada poniendo al servicio de la comunidad ciudadana un nuevo espacio público de indudable atractivo y utilidad para todos.
Todos conocemos los problemas que se han suscitado en la costanera en la zona conocida como “el cantero” donde las autoridades prohibieron el estacionamiento como forma de evitar las molestias que la concentración de jóvenes divirtiéndose causaba a los vecinos. Un caso similar se registra con la Plaza Artigas donde actualmente rige los viernes, sábados y domingos a la noche la prohibición de estacionar a la vez que se aplican estrictos controles por parte de la policía y la Dirección de Tránsito de la Intendencia Departamental.
Ante esto, es de preguntarse si no es lógico que construyamos un espacio público que durante la noche sea adecuado para los “findesemaneros” y durante el día sea un atractivo paseo para “todo el mundo”.
Estamos hablando de un gran espacio que puede establecerse en la zona de Playa Park tomando todo el lugar desde las instalaciones de la Dirección de Obras de la Intendencia hasta el Yacht Club incluyendo los terrenos disponibles y los lugares bajo y cubiertos de maleza que, lógicamente pueden ser rellenados.
La creación de una planicie con calles adecuadamente pavimentadas y dotadas de elementos que impidan el desplazamiento a velocidades inconvenientes no debería presentar mayores dificultades.
Establecer allí bancos y mesas de hormigón así como una adecuada batería de servicios higiénicos es algo totalmente accesible. Lógicamente se necesitaría una buena iluminación para crear así un lugar adecuado para quienes gustan de reunirse en la noche en procura de diversión. Incluso pensando en un plazo más largo, entre el Club Remeros y el acceso a Playa Park se podría hacer un “deck”de madera o más bien un pasaje con vista al río, similar a los que se han hecho en la rambla de Punta de Este para disfrutar de caminatas junto al mar. Y ese podría ser el comienzo de una larga pasarela a lo largo de nuestra costa, si es que la gente demuestra interés en aprovecharla.
Con algunos otros aditamentos, especialmente servicios, el parque podría ser utilizado durante las horas del día por las familias que buscan esparcimiento en contacto con la naturaleza. Y, acaso, sería un lugar ideal para instalar “juegos saludables” como los que actualmente se ven en casi todas las ciudades uruguayas pero, llamativamente, no en Paysandú. Aunque al respecto cabe hacer constar que actualmente Rotary Puerto está abocado a una campaña para financiar la instalación de dichos juegos en la zona portuaria. El proyecto es, lógicamente, perfectible pero sólo se necesita determinación y el tiempo disponible aunque breve es seguramente suficiente si se trabaja con dedicación y eficiencia.
Un emprendimiento de esta naturaleza solucionaría muchos problemas, beneficiaría a toda la comunidad y sería una forma magnífica de celebrar el Día del Patrimonio que, reiteramos, este año tendrá por tema central “El espacio público, arquitectura y participación ciudadana al servicio de la comunidad”.