Locales | 20 Jun “¡Sí, prometemos!”, se escucharon fuerte las voces de los niños de primer año de las escuelas 1 y 3, respondiendo a la pregunta de la inspectora departamental de Educación Inicial y Primaria, Teresita Giani, al prometer fidelidad ayer, en plaza Artigas, en el acto con el que se conmemoró el ducentésimo quincuagésimo aniversario del nacimiento de José Artigas.
El público se formó en semicírculo, tomando como centro el monumento a Artigas, en una mañana fresca y soleada. En un sector, las autoridades, encabezadas por el intendente Bertil Bentos.
En otro, banderas y escoltas del Ejército, Prefectura y Policía. En la vereda del monumento, abanderados de centros de enseñanza públicos y privados. Frente al monumento, la banda departamental “José Debali”, alumnos de la escuela de música 113 y el Coro departamental de Educación Inicial y Primaria “Apolo Ronchi”.
Como es habitual, el acto comenzó con los himnos Nacional y de Paysandú. Posteriormente, Teresita Giani se dirigió a los presentes, refiriéndose al concepto de Patria.
“A la patria le dedicamos nuestro esfuerzo cotidiano, nuestros pequeños y grandes triunfos, nuestras frustraciones. A ella le entonamos himnos y le izamos su bandera, le estudiamos su historia, y le forjamos su futuro, a través de nuestras acciones y la de nuestros hijos”, dijo. Y agregó que “la Patria no existe sin patriotas, y los patriotas son aquellos que anónimamente, día tras día trabajan honradamente, estudian, son solidarios, y no discriminan al resto de las naciones de la Tierra, sino que orgullosos de la propia, respetan a las demás, y las sienten tan importantes como la de uno, para forjar la gran patria de la humanidad”. Posteriormente, las autoridades colocaron una ofrenda floral al pie del monumento a Artigas y lo propio hizo la Asociación de Maestras Jubiladas de Paysandú.

“COMPRENDER A ARTIGAS
POR SU CAPACIDAD DE ADAPTARSE A LA REALIDAD”
La inspectora de zona del Consejo de Educación Inicial y Primaria, magister Nancy Núñez, fue la principal oradora. Se refirió al Artigas ser humano e hizo un paralelo con el concepto contemporáneo de héroe. “Elevar a un prócer a la estatura de intocable, no es creíble, seres así no existen”, dijo. “Es necesario reconocer a los grandes por lo que fueron, no por lo que la leyenda quiere hacernos creer que fueron”, agregó.
Sostuvo que “hay que comprender a Artigas no por su pensamiento original, sino por su capacidad de adaptación a una realidad que él conocía como el más baqueano. Se trataba de un cambio de mentalidad pero no olvidemos que el fenómeno de las mentalidades es de larga duración, y una nueva mentalidad, una nueva concepción del mundo, en aquella o en cualquier época, no desplaza automáticamente a otra”.
Nancy Suárez aseguró que “desde mi condición de docente me he preguntado muchas veces si nuestros niños efectivamente llegan a conceptualizar qué significa ser héroe. Artigas fue héroe por abnegación, sus convicciones, su capacidad de convencer. Marcó a la gente que lo rodeó, aquellos analfabetos luchadores orientales que lo esperaron sin cansancio. Hombre humilde siempre preocupado por los demás y jamás buscando sacar provecho para su beneficio propio. La gente lo aclamó, lo quiso y lloró por él en su partida”.
No obstante, “los alumnos que hoy están en nuestras aulas no admiran la humildad, el valor, la entrega, admiran los héroes violentos, los magos, los villanos, los luchadores, los poderosos. Los anti héroes para nuestra generación”. Eso se debe, indicó Núñez, a que “ellos describen pautas de comportamiento que se encuentran en la sociedad en que viven en la cual la presencia de la violencia es una constante y son raros los hechos de solidaridad, de tolerancia, de convivencia armónica. Los menos son los que ven en sus familiares o en los adultos cercanos a sus referentes de vida”.
“Recuperemos la admiración hacia los héroes más cercanos”, dijo la inspectora de zona, tales como “el padre que se levanta diariamente antes del amanecer para ganar dignamente el sustento para su familia sin reclamar dádivas; hacia esa madre soltera que sostiene como puede su familia; hacia esa abuela que se ha hecho responsable de deberes que sus propios hijos no supieron asumir; hacia ese maestro que siente los hijos ajenos como propios. Porque en definitiva, ¿no es ese el legado impensado de Artigas, contagiar a la lucha diaria, al esfuerzo, a la unión, a la cooperación?”
“En un tiempo en que las convicciones parecen sucumbir, los valores están gravemente subvertidos y las identidades seriamente afectadas por la frivolidad globalizadora, recuperar figuras de la talla de nuestro prócer pero humanizado, como hombre igual a los que viven hoy en este país, se vuelve un elocuente testimonio de la integridad nacional y coopera a edificar nuestra siempre renovada utopía emancipadora”, subrayó Núñez.
“Empezamos a transitar los próximos 250 años. Los docentes, frente al monumento a nuestro prócer, renovamos nuestro compromiso de dedicar todo nuestro esfuerzo y conocimiento al servicio de las generaciones de futuros ciudadanos”, expresó antes de la pregunta final: “¿Qué papel heroico cumplirá cada uno de los aquí presentes en este tramo de la historia?”