Deportes | 23 Jun La delegación uruguaya se despidió de Sete Lagoas en la jornada de ayer, tras el entrenamiento realizado en el Estadio Arena do Jacaré, en virtud de que viajó a la ciudad de Natal, donde enfrentará mañana a Italia, y ya no volverá más allá del resultado del partido, como sí sucedió tras los compromisos frente a Costa Rica e Inglaterra.
Es que el de mañana es el último partido de Uruguay en el Grupo D tras lo que, dependiendo del resultado, la delegación se mudará de ciudad o bien se volverá a Montevideo.
Si la Celeste cumple el objetivo de derrotar mañana a Italia, clasificará a los octavos de final de la cita mundialista.
Si clasifica como primero del Grupo D, deberá trasladarse a la ciudad de Refice, donde el 29 de junio jugaría ante el segundo del Grupo C que integran Colombia , Grecia, Costa de Marfil y Japón. Si por el contrario finaliza segundo en su serie, Uruguay deberá volar a Rio de Janeiro, donde se medirá ante el ganador del Grupo C.
Si la Celeste empata o pierde ante los italianos, deberá sacar pasaje de regreso para Montevideo (el charter está previsto en ese caso para el día 25).
En cualquiera de los casos la delegación no volverá a Sete Lagoas, por lo que ayer fue tiempo de despedida de los celestes, que saludaron a los empleados del escenario deportivo donde han entrenado en las últimas semanas, y que fuera acondicionado especialmente en base a sus requerimientos. Tras el movimiento de ayer en el Arena do Jacaré, la selección posó junto a los empleados del escenario para tomarse una fotografía, agradeciendo la atención que brindaron los brasileños en todo momento. También fue tiempo de despedida con el personal del hotel donde se alojó Uruguay, pese a que éstos no tuvieron demasiadas ocasiones de tener contacto con los fubolistas.