Opinion | 24 Jun El primer satélite uruguayo ya está orbitando y desde ahora pasará dos veces al día por el cielo uruguayo enviando distinta información. El AntelSat es un satélite experimental, pesa alrededor de 1,7 kilos y fue fabricado por la Facultad de Ingeniería de la Universidad de la República y Antel, con participación de unas 60 personas en las distintas etapas del proyecto.
Excepto la estructura y los paneles solares, que se compraron en el exterior, todas las partes internas del satélite y su software fueron construidos en Uruguay. Antel aportó para el diseño, construcción y operación del satélite 700.000 dólares. Su vida útil se estima en seis meses.
Luego de los ensayos realizados en laboratorio en Uruguay, el satélite fue sometido a otras pruebas en un laboratorio de ensayos mecánicos de la Universidad Politécnica de California (Estados Unidos) y finalmente transportado al espacio en un cohete ruso que partió desde la base Yasny (Rusia).
Quizá alguien se pregunte para qué quiere nuestro país un satélite y si es rentable una inversión como la antes señalada en esta tecnología. Se podrá o no estar de acuerdo con las respuestas y todo depende también de cómo se entiendan los beneficios de la tecnología y las inversiones que representa.
En primer lugar, el AntelSat estará enviando al menos durante varios meses importante información de interés nacional, referida fundamentalmente a mediciones de índices relacionados con la agricultura, permitiendo además obtener imágenes de Uruguay en tiempo real para el desarrollo de otros proyectos. Equipado con dos cámaras de fotos –una a color y otra de imágenes infrarrojas-- permitirá, por ejemplo, medir la temperatura terrestre y del agua, además de la altura y la tipología de nubes existentes. También será posible localizar y caracterizar tormentas y ciclones tropicales, además de registrar el nivel de clorofila de las plantaciones para averiguar si están creciendo de forma saludable. No es poco en un país en que la agricultura y producción de alimentos es una de las bases de sus sistema productivo y exportador. Pero además, hay otro aspecto más intangible --aunque no menos importante también en términos económicos-- que tiene que ver con la producción de conocimiento y la generación de masa crítica en un nuevo espacio de la tecnología. En este sentido, la concreción del proyecto no sólo es importante para la ingeniería nacional, sino que también se están cimentando bases para la posibilidad de crear nuevas industrias y fortalecer las existentes en el área de las tecnologías de la información y comunicación. Por todo esto, no sólo es importante y valioso lo que el primer satélite uruguayo envía desde el espacio, sino también lo que ha dejado en tierra: nuevas capacidades, innovación, desarrollo de la investigación científica y tecnológica, contactos internacionales y el desafío de ir a más.