Locales | 24 Jun Un maestro contratado sometido a sumario por lo que califica de “chusmeríos”, inició en la víspera una huelga de hambre. “Desde la mañana a la noche no voy a consumir alimento alguno; a ésto he tenido que llegar pidiendo que se agilice el sumario, que se llegue a la verdad, que todos los que acusaron den la cara como corresponde, que se investigue a fondo, porque soy inocente, porque jamás he cometido nada inapropiado”, dijo a EL TELEGRAFO Carlos Omar Peralta Gómez, quien tras seis años de estudio se recibió como maestro en 2010, y comenzó a trabajar como unidocente (maestro y director) de la escuela 102 de Colonia Ros de Oger, en 2011. El 18 de octubre de ese año, por denuncia de los padres (tenía 5 alumnos) “que no quisieron firmar, no dieron la cara; dijeron cosas terribles como que tocaba a los niños y falsificaba facturas, pero nadie se hizo cargo de nada”, es convocado para trabajar en la propia Inspección de Escuela, en cargo no docente.
En 2012 y 2013 trabajó como maestro director en la escuela 34 de Puntas de Buricayupí, hasta que en noviembre del año pasado también le sacaron ese cargo. Su contrato terminó el 28 de febrero de este año y “no fui recontratado porque no me presenté a la elección de horas por consejo de mi abogado, Marcelo Tortorella”, a quien ahora denuncia “por fraude”, junto a la inspectora departamental Teresita Giani y a las inspectoras de Zona, Silvia Díaz y Luz Franggi.
Sentado en un banco, en una isla de la semi peatonal de 18 de Julio, frente al edificio de la Inspección Departamental de Escuelas, Carlos Peralta se muestra descreído de todos. Incluso de su propio abogado. Y del sindicato de maestros también. “No me dejaron afiliarme. Laura Dessimoz, de Ademu Paysandú me dijo que no podía afiliarme porque no soy maestro efectivo, pero en realidad en Montevideo me confirmaron que solamente necesito el título para afiliarme al sindicato. Pero me dieron la espalda también”.
Busca “que se me devuelva mi título. Quiero que esos padres que tanto me estaban acusando y difamando vengan, que se presenten. Porque me hicieron persecución laboral, y tengo sumario por culpa de esa gente, que dijo cosas, pero luego se escondió. Yo quiero llegar al final, porque soy inocente y porque quiero seguir siendo maestro, porque para eso estudié”.
Ha recibido “propuestas de amigos en Estados Unidos para que me traslade allá, pero quiero quedarme acá. Este es mi lugar, aquí estudié para maestro. Es triste, pero ahora vivo de la caridad de amigos, un poco en la casa de cada uno. Y eso no es justo. Tengo una profesión, he sido fiel a ella y no tengo por qué irme a otro país. Tampoco tengo por qué buscar otro trabajo, como policía por ejemplo -con el respeto que le tengo por supuesto- porque quise ser maestro y estudié para eso. Lo que vivo no es justo, pero ni mi abogado quiere ayudarme. Ésto es desesperante”, dijo Carlos Peralta.
“El sumario está en curso, no me han dado resolución de si sigo o no sigo trabajando. Yo le pregunté a mi abogado Tortorella y me dijo ‘Eso puede seguir para largo’. Pero han pasado dos años de investigación más estos seis meses, ¿hasta cuando? Yo quiero una resolución. Al abogado cuando recién lo contraté le pedí para pasar a Judicial, porque acá me dijeron que había una carta (de los padres), que nunca quisieron mostrarme, me pidieron que me fuera a otro departamento a trabajar. Todo sin sentido. Yo no hice nada malo. Quiero mi trabajo y que no se metan con mi buen nombre”, concluyó el maestro, sentado frente a la Inspección Departamental de Escuelas, donde planea pasar sus días hasta tener una resolución.