Deportes | 24 Jun Escenario: Estadio Arena de Curitiba. Árbitros: Nawaf Shukralla, Yaser Tulefat y Ebrahim Saleh (Bahréin).
España: Reina; Juanfran, Sergio Ramos, Raúl Albiol, Jordi Alba; Xabi Alonso (83’ Silva), Koke, Andrés Iniesta; Santiago Cazorla (68’ Cesc Fábregas), David Villa (56’ Juan Mata) y Fernando Torres. DT: Vicente Del Bosque.
Australia: Matthew Ryan; Ryan McGowan, Alex Wilkinson, Matthew Spiranovic, Jason Davidson; Matt McKay, Michael Jedinak; Matthew Leckie, Oliver Bozanic (72’ Bresciano), Thomas Oar; Adam Taggart (45’ Halloran). DT: Ange Postecoglou. Goles: 36’ David Villa, 69’ Fernando Torres, 82’ Mata.
Amonestados: Sergio Ramos (E).

No cambiaba nada. Solo estaba en juego el honor del campeón del mundo, que tras los dos primeros partidos quedó afuera de toda posibilidad de pelear por retener el título. Pero aunque la herida está abierta y seguramente así seguirá por algunos meses, al menos la despedida de España fue esbozando una pequeña sonrisa.
Después de los mazazos de Holanda y Chile, los españoles revirtieron la pisada con una goleada por 3 a 0 frente a Australia, para cerrar su participación en el Grupo B. Los dos llegaron eliminados a esta instancia, y más allá de que la obligación era del campeón, los australianos tenían unas ganas enormes de hacer leña del árbol caído.
Pero los orientados por Vicente Del Bosque cambiaron la cara. No solo en base al resultado sino al juego. Esta vez el equipo funcionó, aunque lógicamente que tarde. Pero al menos se retiró de Brasil con la frente en alto, venciendo con claridad a una Australia que no se amedrentó en los primeros minutos, que tuvo a mal traer a su rival, hasta que los vestidos en esta ocasión de negro comenzaron a dominar gracias a Iniesta y Villa.
Fue justamente el delantero del Atlético de Madrid (que cuando dejó la cancha lloró en el banco al haber sido éste su último partido con la selección) el que definió con calidad, de taco, para abrir el tanteador. Y ya en el complemento lo liquidó el “Niño” Torres y Mata, definiendo por entre las piernas del golero. Los australianos extrañaron a Cahill, suspendido, y España al menos apareció en el último partido. Sirvió para poco, pero al menos la despedida fue un poco menos amarga.