Paysandú, Domingo 29 de Junio de 2014
Opinion | 28 Jun En las últimas se conoció la decisión de los ginecólogos del Hospital de Tacuarembó de poner sus cargos a disposición de las autoridades ministeriales, ante lo que consideran incapacidad de atender más pacientes de otros centros de salud públicos, lo que pone nuevamente sobre el tapete un tema del que EL TELEGRAFO se ha ocupado en más de una oportunidad, que tiene que ver con la falta de especialistas médicos en el Interior; pero asimismo con fallas notorias en un sistema de salud que consume cuantiosos recursos y se pretende hacer inclusivo, pero que como frazada corta, no alcanza a cubrir al mismo tiempo la cabeza y los pies.
La Federación Médica del Interior (FEMI) estima que faltan unos 450 especialistas en los centros de salud miembros de esa organización, pero esta cifra no incluye la demanda de expertos en instituciones que no pertenecen a FEMI ni a la Administración de Servicios de Salud del Estado (ASSE).
El presidente de FEMI, Carlos Cardoso, en declaraciones a El País, explicó que este dato puede ser representativo de la situación del interior del país, teniendo en cuenta que el 72% de los médicos que trabajan en mutualistas afiliadas a FEMI también desempeñan funciones para ASSE, y más aún, los hechos demuestran que en el campo de la atención estatal la cosa es todavía peor que en el mutualismo.
En cuanto a las disciplinas que presentan más carencias en esta área, figuran en primer orden Oftalmología, Anestesiología y Pediatría, y según el relevamiento del organismo de mayo de este año, faltan 34 oftalmólogos y 31 anestesistas y pediatras.
Pero ocurre que hay “fallas de origen”, si traemos a colación como dato que la mayor brecha entre la necesidad de expertos y los egresos de la Escuela de Graduados de 2013 también se da en Oftalmología, ya que mientras se necesitan 34 oftalmólogos, los egresos fueron 12, y si bien se trata de un dato anual, seguramente la gran mayoría de estos especialistas se radicarán en Montevideo, en tanto también por otro lado se debe dar de baja de las cifras a quienes se van acogiendo a la pasividad.
A la vez, las siguientes brechas más amplias, de -21, se dan en Medicina Familiar y Comunitaria (necesitan 28 y hubo 7 egresos) y en Imagenología, precisan 21 y no hubo egresos ese año. Según el estudio, en 2013 tampoco se recibieron neurólogos, médicos hemoterapeutas ni endoscopistas respiratorios.
A la vez hay una contrapartida positiva en Pediatría y Medicina Intensiva de Adultos: mientras que se necesitan 31 pediatras, egresaron 49 de estos especialistas en un año, lo que no es poco decir e indica que los problemas reales pasan por otro lado y que refieren precisamente a la distribución asimétrica de esos recursos humanos y también de la infraestructura disponible para su mejor trabajo, en un país donde la centralización también se da en forma ostensible en el propio sistema de salud.
En esta misma línea se expresan expertos, los que señalan que la falta de especialistas en el Interior no implica que se necesiten más sino que están mal repartidos. En este sentido, Cardoso explicó que el problema radica en la concentración de estos profesionales en Montevideo.
Carlos Cardoso advirtió que la entidad tomó tres medidas para estimular las residencias en el Interior: “ofrecer el trabajo estable y bien remunerado, la seguridad social ampliada a través de la caja de auxilios que poseen los médicos del Interior, y un convenio que tienen los médicos del Interior para ingresar como socios a las instituciones”. Cardoso dijo que estas medidas han dado resultado, pues hace diez años había 1.000 médicos en el Interior y hoy hay 3.100. Sin embargo los datos revelan que la diferencia de médicos entre Montevideo y el Interior se ha incrementado.
Según los datos de la Escuela de Graduados presentados en el estudio de FEMI, hubo cuatro especialidades de las que en 2013 no hubo ningún egresado: Imagenología, Neurología, Endoscopía Respiratoria y Traumatología.
El estudio concluye que “en la mayoría de las especialidades no ha sido suficiente la cantidad de egresos para dar cobertura al sistema FEMI y por ende mucho menos a la demanda país”. Otra de las conclusiones del informe es que las alternativas que se han implementado para resolver esta situación “no han operado ni podrán operar satisfactoriamente, fundamentalmente en aquellas especialidades que demandan un sistema de atención presencial permanente”.
Y la realidad indica que pese al paso de los años, lejos de solucionarse, se ha acentuado el déficit de disponibilidad de especialistas médicos en dependencias del Ministerio de Salud Pública en el Interior, y ello repercute sensiblemente en la calidad de la atención en los hospitales ubicados fuera de Montevideo, lo que se ha dado con y sin el Sistema Integrado de Salud (SNIS).
La promesa de un trabajo estable para toda la vida y la alta demanda laboral no son suficientes para que los especialistas decidan radicarse en el Interior, y es así que son muchos los factores que atan a los profesionales a la capital del país y ni siquiera en Montevideo están todos los cupos ocupados.
Además, en el norte del río Negro ejercen muchos menos médicos que en el sur, y cada vez más médicos viajan periódicamente al Interior para realizar intervenciones quirúrgicas o consultas. Unos 200 médicos viajan desde Montevideo u otro departamento para ejercer la medicina.
Lamentablemente, este panorama no se generó de un día para otro y se arrastra desde hace muchos años, pero el punto es que lejos de tender a revertirse, el déficit se va agravando.
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