Deportes | 29 Jun No hubo dramatismo más allá de la lógica tristeza que despierta una eliminación mundialista. Los futbolistas de la selección uruguaya permanecieron durante largo rato en el vestuario (hoy vuelven a Uruguay), seguramente intentando desahogarse y asimilar el duro golpe lo más rápidamente posible antes de afrontar las cámaras y los micrófonos. Aunque no todos optaron por retirarse de Maracaná por la zona mixta, donde esperaba el periodismo, la mayoría optó por dar la cara y dar a conocer la sensación tras el golpe de los cafeteros.
“Lógicamente que está la tristeza por haber perdido el partido y la clasificación, pero también siento mucho orgullo, así como también de mis compañeros y de todos el país, que ha estado con nosotros en las buenas y en las malas, y seguro ahora estará mucho más”, dijo el capitán Diego Godín.
“Se puede ganar, perder o empatar, pero cuando se deja todo y uno se brinda por la camiseta celeste, que es lo más importante por encima de los nombres y de los técnicos, eso se agradece”, agregó. Godín afirmó que “influyó mucho el tema de Luis (Suárez), es nuestra referencia y el jugador más importante, pero no es excusa: el rival seguramente lo hizo mejor, hay que felicitarlo y seguir con la frente en alto. Creo que jugaron muy bien, esto es fútbol y nos vamos con la cabeza en alto porque dejamos todo”.
El sanducero Egidio Arévalo Ríos, en tanto, se afilió a la teoría de que se quería a la Celeste afuera del Mundial. “Tuvimos que luchar contra todo y todos, porque nos querían afuera hace tiempo. Desde que comenzó el sorteo nos querían sacar pero el grupo demostró rebeldía, que quería seguir en la Copa por lo que significaba, pero no alcanzó con lo que hicimos”, dijo.
El volante, que volvió a hacer otro gran partido, agregó que “tuvimos dos victorias ante dos selecciones de nivel mundial, pero me voy amargado porque no logramos el objetivo. Sabíamos que Colombia iba a manejar la pelota, manejar su ritmo, intentamos cortar sus circuitos y llegaron dos veces y nos hicieron dos goles”.
Diego Lugano, que no estuvo a la orden, no anduvo con doble discurso: “tengo una sensación extraña y tristeza porque no vinimos a quedarnos en octavos. Teníamos sueños más altos, pero la realidad es que llegamos hasta donde pudimos: más que esto Uruguay hoy no podía dar, no tenía más para mostrar y Colombia nos ganó bien”.
Y agregó: “Este Mundial fue un vaivén de emociones, nos llevamos esa experiencia, pero hay tranquilidad porque no había más nada para entregar y no nos dio futbolísticamente”.