Paysandú, Martes 01 de Julio de 2014

Trabajadores paralizaron obras en Alur y hotel cuatro estrellas de Almirón

Locales | 24 Jun Las obras de construcción del hotel cuatro estrellas en Termas de Almirón se paralizaron en la víspera, a raíz del despido de dos delegados y las denuncias de malos tratos contra un capataz. Reunidos en asamblea con dirigentes del Sunca, los 22 trabajadores resolvieron detener las obras hasta obtener una respuesta de la empresa contratista.
El dirigente Julio Cardozo dijo a EL TELEGRAFO que “el viernes se originó el problema con el capataz que echó sin previo aviso al delegado de seguridad y al delegado sindical, argumentando bajo rendimiento”. En asamblea con los operarios, informaron a los dirigentes del Sunca que uno de los desafectados se desempeñaba como oficial herrero, “ha armado vigas y pilares, ha demostrado cabalmente el oficio y lleva más de veinte días de trabajo, además del otro delegado que se desempeñaba como peón y no ha faltado ni llegado tarde”, señaló.
Cardozo relató que los delegados habían planteado la imposibilidad de “trabajar en la oscuridad, en un pozo, con varillas de punta” y solicitaron “los elementos de seguridad tales como antiparras y vestimenta, además de respeto hacia los demás funcionarios”. Según el dirigente sindical, “los improperios del capataz eran moneda corriente en su trato con la gente. Además comprobaron la existencia de roedores y mostraron sus heces, por tanto, existe un riesgo para la salud que le costará al trabajador con la pérdida de sus jornales”.
Ante estas inquietudes, el referido mando medio “los echó, por tanto el gremio denunció persecución sindical porque los delegados fueron elegidos democráticamente. Incluso lo elevamos a la directiva de la empresa Celedom S.A, que lleva adelante esta obra”.
De acuerdo a Cardozo, “la empresa dijo que iba a estudiar las denuncias presentadas por el Sunca” tras la reunión mantenida en la tarde de la víspera, “pero argumentando que arregló con la empresa contratante y el gobierno de turno un precio muy bajo para continuar con la obra y como está sujeta a su ganancia, nos dieron a entender que no les importa mucho el avance de obra. El tema es que toman de rehenes a los 22 trabajadores”, señaló.
Según el dirigente, la empresa sostuvo “que no hay mano de obra calificada en Guichón y nosotros estuvimos allí conversando con oficiales que están desocupados. No los toman porque son trabajadores que tienen el descuento sindical o porque se han desempeñado como delegados y eso consta en el recibo”. La obra de construcción del hotel “se encuentra en la cimentación y dijimos a la empresa que recién comienza y ya lleva dos problemas con la misma persona”.
Cardozo resaltó que a nivel departamental “hasta el momento se mantiene la conflictividad en otras tres obras diferentes, en algunas de las cuales se ha constatado la presencia de trabajadores de origen paraguayo a quienes --según consta en sus recibos-- le pagan entre $6.200 y $8.000 mensuales, que ni se acerca a un sueldo en la construcción”, además de desa-fectar a más de una decena en otro emprendimiento, reseñó.
El dirigente consignó que en estos casos “no pueden mezquinar el material, porque de lo contrario se les cae la obra. Entonces lo único que pueden hacer es sacarle al salario del trabajador y los elementos de seguridad, por eso el único perjudicado es el obrero”, reiteró.

EN ALUR
El año pasado Alur comenzó a construir la nueva planta de bioetanol, en un predio lindero a la actual destilería de la Planta de Paysandú. El dirigente del Sunca Alcides Vega señaló a EL TELEGRAFO que “el conflicto en Alur lleva bastante tiempo. Existe un convenio donde se establece la inserción de la mujer y en las obras de emprendimientos multinacionales, han llegado trabajadores de diversas nacionalidades como españoles, chilenos o argentinos, pero no logramos la inserción de la mujer”. Vega explicó que “a esto se suma la solicitud de un premio”, efectuada al comienzo de la obra. “En los grandes emprendimientos se han mejorado los salarios a raíz de los premios porque las empresas no dejan nada; sí una ganancia para la patronal pero no para el pueblo de Paysandú. Por ejemplo, no colaboran con una escuela y por eso lo pedimos, pero hasta ahora no han dado señales”.
En Alur, los operarios permanecieron en campamento durante la noche y hoy continúa el paro. “Tampoco nos llamaron para conversar y los trabajadores endurecieron sus posturas”, concluyó Vega.

INTENDENCIA "NO TIENE VINCULACIÓN"
El director de Obras de la Intendencia, Nicolás Olivera, consignó que “nos enteramos por terceros de este conflicto sobre el que no tenemos otros datos. Tiene que quedar claro que la Intendencia no tiene ninguna participación o vínculo contractual ni con la empresa constructora ni con los trabajadores”.
El jerarca comunal recordó que “la Intendencia promovió la inversión hotelera en Termas de Almirón con un llamado a licitación para la venta de un predio que adquirió un grupo inversor. A partir de ahí, los propietarios del predio tenían que presentar un proyecto asociado para esa venta y desde la escrituración, el predio es de los inversores que deben cumplir con el proyecto presentado”.
Olivera agregó que “la empresa fue contratada por el grupo inversor y la relación entre la empresa y sus trabajadores es un tema de la esfera privada porque la Intendencia no es parte”.
Tras la recorrida efectuada días atrás en compañía del intendente Bertil Bentos y la alcaldesa de Guichón, Lourdes Suárez, explicó que “como gobierno departamental nos interesa ver los avances de la obra, pero no tenemos ningún tipo de control en sí”.
“Ni los trabajadores ni la empresa tienen vínculos con la Intendencia”, aclaró.


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