Deportes | 30 Jun Las mil y una condicionantes y limitaciones de nuestro país, que se reflejan también en el fútbol, genera que la Celeste no tenga otra manera de jugar que esperar e intentar pegar de contragolpe, cediéndole la pelota al rival.
La explicación de Oscar Tabárez, el técnico que dirigió a Uruguay por tercera vez en un Mundial, volvió a repetirse tras la eliminación celeste frente a Colombia en la cita que se desarrolla en Brasil.
“Tenemos claro que Uruguay en el campo internacional tiene que jugar de esta manera, preocupándonos mucho de limitar al rival, sin tratar de hacer cosas que no nos permiten nuestras condicionantes. Y pasan por tener un gran sentimiento de adhesión, una gran entrega física, una actitud muy buena, y aprovechar los puntos fuertes que tenemos a nivel individual en algunos sectores del equipo, tratando de adaptarlos a un andamiaje colectivo”, señaló.
Eso, a entender de Tabárez, fue comprendido “por la gente de Uruguay, y por eso hay tanto feeling entre nuestros futbolistas y la afición”.
Pensando en el futuro, más allá de su continuidad al frente de la selección, el maestro dijo que “lamentamos mucho haber perdido, porque queríamos seguir en el Mundial, pero cuando uno se encuentra con un rival que hace mejor las cosas o aprovecha mejor las oportunidades hay que aceptarlo. Y a la hora de hacer la evaluación no quedarse solo con la tristeza del resultado sino con cuál es el camino que hemos hecho, cuáles fueron las dificultades y cómo las fuimos superando. Y en función del futuro dejar cosas de lo que ha ocurrido con la selección para continuar, porque esto sigue, en cuatro años habrá otro Mundial y para un país como Uruguay venir a un Mundial es algo básico. no solo por su subsistencia futbolística sino porque es lo que quiere la gente. Se puede decir que es poco, pero es un paso primario o mínimo para que después que se está en el mundial intentar hacer lo mejor”.