Deportes | 05 Jul Un día dice una cosa, al día siguiente otra. La historia de la FIFA con el caso de Luis Suárez tiene todos los días un nuevo capítulo, después de lo que fuera la durísima sanción al delantero de la selección uruguaya por el mordiscón al defensor italiano Giorgio Chiellini durante el partido entre ambos seleccionados, que cerrara la participación de Uruguay e Italia en el Grupo D del Mundial de Brasil.
Suárez fue penado con nueve partidos sin lucir la blusa celeste, pero además de la multa de 110.000 dólares se lo sancionó con cuatro meses sin poder realizar cualquier tipo de actividad relacionada con el fútbol, e inclusive no ingresar a los escenarios de juego.
Por lo tanto, el delantero se quedaba incluso sin entrenar y sin poder firmar un pase a otro club.
El jueves apareció una buena nueva después de las señales del presidente de la FIFA, quien aseguró que deseaba ver pronto al “Pistolero” en la cancha.
El Comité de Disciplina del máximo organismo del fútbol mundial, a través del presidente Claudio Sulser, anunció ese día que el jugador podía ser transferido y que además podía entrenarse junto a sus compañeros.
La noticia fue más que alentadora, ya que apareció justo el día en que la Asociación Uruguaya de Fútbol había elevado la apelación ante la FIFA. Pero ayer se escribió otro capítulo: el Comité de Disciplina dio marcha atrás y dijo que Suárez no puede entrenar durante los cuatro meses de pena, y que en realidad lo indicado el jueves había sido mal traducido durante la conferencia de prensa.
“No se le permite realizar actividades deportivas durante el periodo de prohibición y, como tal, tampoco se le permite entrenar con un equipo mientras dure esta sanción”, señaló la vocera de la FIFA en la conferencia de prensa de la víspera.
Pero por otra parte indicó que “el jugador no puede tener ninguna actividad relacionada con el fútbol, pero sí puede pasar un examen médico para una futura transferencia”, por lo que en definitiva el “Pistolero” podrá pasar al Barcelona desde el Liverpool inglés. El pase está prácticamente concretado y solo faltaría la firma de las partes, dado que existe acuerdo económico entre los clubes y se habla de nada menos que 90 millones de euros.
Pero también se espera el resultado de la apelación para ver reducida la pena.