Opinion | 01 Jul Los alimentos sanos, ecológicos y tradicionales son la gran apuesta de Latinoamérica para conquistar el mercado de Estados Unidos, un país cada vez más preocupado por el origen, el modo de producción y los beneficios de lo que come.
Según el portal de noticias de la FAO, la tendencia puede apreciarse de forma clara en el “Fancy Food Show”, la mayor feria de alimentación “gourmet” de EE.UU., que se desarrolla en estos días en Nueva York con participación de aproximadamente 2.700 empresas de medio centenar de países. La feria es ni más ni menos que una de las grandes puertas de entrada para los productos extranjeros a las tiendas y supermercados estadounidenses y a su enorme mercado.
Para los productores latinoamericanos, el creciente interés que se vive en EE.UU. por las comidas típicas de otras zonas del planeta y por la alimentación saludable supone una oportunidad de oro. Ejemplos hay varios, como el de la quinoa --grano andino actualmente muy apreciado en Estados Unidos--, el café, cacao de la Amazonia, aceites de aguacate o rosas comestibles. Y allí también está el aceite de oliva. No el europeo sino el uruguayo.
En 2012 la producción de aceite de oliva en Uruguay se cuadruplicó hasta alcanzar los 500 mil litros. La expansión continuó, ampliándose los mercados internacionales. Dos años después el país procura posicionarse como exportador de aceites de oliva de alta calidad.
En estos días una delegación de cinco empresas uruguayas participan nacional participar en la feria “Fancy Food” en Nueva York donde exponen su aceite de oliva con la finalidad de generar y fortalecer vínculos con compradores internacionales.
Quizá sea algo poco conocido todavía pero conviene decir que la calidad del aceite de oliva nacional es premium y ha obtenido 17 premios a nivel mundial. Por otra parte, en la última década las aceitunas se convirtieron en el segundo rubro frutícola del país, según superficie plantada, después de las plantaciones de cítricos. Favorecidos por un clima análogo al mediterráneo, hoy hay plantaciones en el Litoral, Sureste, Centro y Norte del país.
En definitiva, la olivicultura y su industria están creciendo en forma saludable, impulsadas por una demanda creciente a nivel mundial de aceitunas y aceite de oliva, así como sus usos cosméticos. Se trata de un sector que está realizando un importante aporte a la estrategia nacional como país productor de alimentos de alta calidad.