Locales | 06 Jul Cuando el embalse de la represa de Salto Grande llegó a los 29 metros (unos cuatro por debajo del normal) --maniobra realizada por las autoridades con el propósito de amortiguar la creciente del río Uruguay que inexorablemente se abate ya sobre costas del litoral uruguayo-argentino-- quedaron al descubierto las ruinas de Federación, Constitución y Belén, las poblaciones que fueran trasladadas y sus ubicaciones originales reducidas a ruinas, para dar paso al lago de 78.000 kilómetros cuadrados.
Por ejemplo, las ruinas de Federación se ubican aproximadamente 1.000 metros hacia el interior del lago desde la costa actual. Con la altura habitual del lago que ronda entre 33 y 34 metros, la antigua Federación siempre está entre cuatro o cinco metros bajo agua en el lecho del lago.
En Puerto Luis en tanto, en el lago de Salto Grande, también se vieron imágenes poco comunes, pues yates y veleros quedaron varados en medio del limo del lago, cuando las operaciones de la represa bajaron los niveles del embalse a cota 29 metros. Muchos propietarios -alertados del desembalse- retiraron sus embarcaciones, pero otros prefirieron dejarlas en el lugar, sabedores que en unos pocos días las aguas volverían.
Esto hizo que muchos residentes de la zona se trasladaran al lago, temporalmente seco, para apreciar las ruinas de aquellas localidades y, de paso, llevarse algún recuerdo, un ladrillo, una baldosa. Federación, Belén y Constitución fueron derruidas y los árboles talados tras el realojamiento para dar paso a la represa hidroléctrica binacional. Aun residen habitantes que vivieron en los lugares originales y mantienen vivos recuerdos de sus comunidades, que siguen transmitiendo a las nuevas generaciones. Al llegar el embalse a 31 metros, en la víspera, las ruinas de Federación, Constitución y Belén volvieron a quedar bajo agua, y Puerto Luis recuperó las aguas que permitirán la navegación de las embarcaciones que lo utilizan.