Deportes | 07 Jul La selección de Alemania completó su preparación en Porto Seguro con sus 22 futbolistas disponibles, antes de partir hacia Belo Horizonte, donde se enfrentará mañana a Brasil en busca de un lugar en la final del Mundial 2014.
Los teutones tienen solo descartado al defensor Shkodran Mustafi, quien se había desgarrado ante los argelinos en el choque de octavos, en tanto los jugadores que terminaron golpeados ante Francia, ya en el partido de cuartos de final, se recuperaron sin inconvenientes.
Más allá del respeto lógico hacia el rival, y del deseo concretado del técnico Löw de jugar ante Brasil, todos lamentan la ausencia de Neymar.
Es que los alemanes no se olvidan del antecedente entre ambos en el Mundial 2002, cuando los brasileños les ganaron la final, con dos goles de Ronaldo.
Es más: Alemania nunca le ganó un partido a Brasil de manera oficial.
El volante Bastian Schweinsteiger, por ejemplo, dijo ayer en conferencia de prensa que preferirían la presencia de Neymar en la cancha, no solo porque “no es bueno que los mejores no estén en la cancha”, sino también apuntando a que, más allá de que el partido no será fácil y aguardan que Brasil se rebele ante la lesión de su estrella, sería bueno ganarle al local con todo su poderío.
Igualmente, dejó en claro que Brasil “es el equipo más experimentado, el que más partidos en un Mundial ha disputado”, por lo que ante eso, y el apoyo total del público, para Alemania será findamental el trabajo colectivo y la concentración. “El colectivo es fundamental, antes que lo individual. Yo lo antepongo en mi caso. Hemos hecho un buen trabajo y no hay grandes distancias individuales entre los jugadores. Ahora creo que estoy a un nivel alto y preparado para jugar más de noventa minutos si es necesario”, dijo.
Pero tiró, por las dudas y más allá del respeto: “Los brasileños ya no son los magos de antes”.