Deportes | 10 Jul Fue locura generalizada. En la tribuna, en la cancha. Los nervios, la tensión, dejó paso a ese festejo inolvidable. De los hinchas en la tribuna, que se hicieron sentir como locales, y de los jugadores en la cancha, que por penales lograron la clasificación para darle a Argentina la posibilidad de volver a jugar la final de un Mundial después de 24 años. Y ante Alemania, la misma que le birló la Copa en 1990 con aquel penal dudosísimo.
“Estamos ante el partido de nuestra vidas, la final del mundo. Este grupo de jugadores llevó a la Argentina a donde se merece estar. Ojalá podamos coronarlo pero, más allá del resultado, no tengo palabras para decir lo orgulloso que estoy”, dijo el capitán Javier Mascherano, que durante algunos instantes había estado inconsciente en la cancha, tras sufrir un golpe en la cabeza.
“Jugamos un partido brillante, sin miedo a nada, sabiendo lo que nos jugábamos y no les dimos opciones. Si hay algo que merecía este grupo era esto. Para esto jugamos al fútbol, para terminar así de orgullosos. Hemos dignificado la profesión”, agregó.
Se viene Alemania, y el “Jefecito” la tiene clara: “No podemos darle el espacio que le dio Brasil. ¿Cómo se le juega? Con paciencia, el alma y el corazón”.
Terminado el partido, y previo a los penales, el capitán tuvo un aparte con el golero Sergio Romero. “Hoy te comés el mundo. Hoy te vas a convertir en el héroe”, le dijo.
Y Romero se la creyó: atajó dos penales y fue el gran causante de la clasificación albiceleste.
Pero para el arquero los penales “son suerte, es la realidad. Uno puede tirarse bien y no llegar, o rozar la pelota como le pasó al golero de ellos, y no poder sacarla. Pero tenía confianza y me salió bien”.
Romero tuvo solo palabras de elogio para sus compañeros, que “no regalan nada, se matan en cada entrenamiento y dentro del campo. Estoy agradecido a ellos porque soy el que menos corre y menos hace”.
De cara a la final ante Alemania, expresó que “es un partido aparte, y a partir del jueves vamos a pensar en él. Vamos a paso a paso, disfrutando el momento”.
Maxi Rodríguez, que fusiló al arquero en el último penal, el que selló la clasificación después de las atajadas de Romero, confesó que “cuando hacés esos metros (de la mitad de la cancha al punto penal) es terrible”.
Y agregó: “Le apunté a la cabeza para romperlo todo”.
“Fue mucho el sacrificio, con muchas malas. Merecíamos esto. Se lo merece el grupo. El fútbol es un juego y pude pasar de todo pero ya está, la suerte esta echada. Lo que venimos haciendo en este Mundial es impresionante. Se lo merece el vestuario”, dijo Maxi, quien le tiró flores a Sergio Romero.
“Al partido lo ganó ‘Chiquito’, porque necesitás un arquero que ataje penales. Lo de ‘Chiquito’ fue impresionante”, repitió frente a cada micrófono que se le puso enfrente después del compromiso. Hoy será tiempo de descanso para quienes hicieron el descaste, que fue mucho. “Se vienen acumulando partidos, muchas tensiones. Los europeos físicamente son muy duros y los encuentros se ganan con pequeños detalles. Por suerte el de arriba estaba con nosotros”, dijo.