Paysandú, Domingo 13 de Julio de 2014
Locales | 13 Jul El director departamental de la Oficina Territorial del Ministerio de Desarrollo Social (Mides), Carlos Damico, reconoció un rápido crecimiento demográfico en zonas de alta vulnerabilidad social, donde se “genera una mayor precariedad laboral cuyo contexto no les permite salir”, tras ser consultado acerca de las dificultades existentes para disminuir la cantidad de asentamientos en el departamento.
Según Damico, no hay grandes alteraciones “en la cantidad aunque en el caso de Paysandú existen al menos una decena de diversas modalidades de acceso a la vivienda, tales como las sindicales, Fucvam, los realojos, y programas de interés social”, en el marco de “una alta inversión que lleva adelante el Ministerio de Vivienda”. No obstante reconoció que “los programas salen a la luz de una forma mucho más lenta que el crecimiento de la población”.
Según el Reporte Social publicado en 2013 y de acuerdo a los datos del censo correspondiente a 2011, colgados en la web del Área de Gestión y Evaluación del Estado (Agev), dependiente de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto, “el 5% de la población residente en Uruguay vive en asentamientos irregulares (la estimación anterior a 2006 se ubicaba en 5,5%). Si bien el número de asentamientos relevados se ha reducido, el informe señala que la disminución en porcentaje es menor en las viviendas que en el número de asentamientos y en la población”.
“El promedio de personas por vivienda pasa de 3,6 a 3,4, consistente con la reducción del tamaño de los hogares que se visualiza como tendencia a nivel del país”.
No obstante, el informe aclara que “a su vez, el promedio de personas y viviendas por asentamiento aumenta, lo cual podría indicar un crecimiento en el número de familias residentes en algunos asentamientos”.
Un informe del PIAI correspondiente a 2012 plantea que “dado la consolidación de la irregularidad urbana en el país, no es esperable un reducción ‘espontánea’ de los asentamientos, incluso en un contexto de mejora global de los indicadores económicos”.
Según cálculos del programa, las relocalizaciones concretadas en el período 2006-2011 explican una reducción en el número de asentamientos. “Mientras en el período 2006-2011 surgen 18 nuevos asentamientos, los programas públicos realojan o regularizan 91 asentamientos, alcanzándose así un efecto neto positivo”. El informe oficial calcula que “por cada nuevo asentamiento que surge, el Estado regulariza o realoja a cinco”.
A partir del censo, “la Dirección Nacional de Vivienda ha estimado que el déficit cuantitativo global alcanzaba en 2011 a 50.000 viviendas (para albergar al mismo número de hogares, ya que se hace el supuesto de asignar una vivienda a cada hogar)”.
A nivel departamental, Paysandú presentaba --según datos del censo-- “un déficit del 4,5%”. En referencia a la calidad material de la vivienda, en 2012 Uruguay presentaba “31% de buena habitabilidad, 23% de moderada, 29% de baja y 17% de muy baja habitabilidad”. De acuerdo a los guarismos tomados ese mismo año para el hacinamiento, este problema afectaba a “un 13% de los hogares de menores recursos, en comparación con 2006 que correspondía a uno de cada cuatro”.
ACCESO A UNA VIVIENDA digna
Para Damico, “no es problema de dinero, sino que los planes de urbanización han tenido un impacto en el mercado inmobiliario. El plan urbanístico a nivel departamental inmediatamente le adjudica valor a tierras que tal vez antes no lo tenía”, además de reclamar por “las voluntades políticas”.
Algunos datos mantienen una referencia histórica. “Al finalizar la creciente de 1959, la Junta Departamental emitió un decreto que establecía la imposibilidad de construir por debajo de la cota 12, que por ejemplo es la altura de 18 de julio y Libertad. Posteriormente se bajó a la cota 10, por Plaza Artigas y así continuó descendiendo a la cota 9 y finalmente a la cota 7. Eso significa que habilitaron a una cantidad de terrenos que antes estaban imposibilitados para construir”.
Según el referente del Mides, “allí se metió mucha población” e informó que “hasta la cota 7, Paysandú tiene más de 500 personas, de las cuales un alto porcentaje vive en condiciones precarias. Cuando se supera ese nivel a 8, también aumenta la población a unos mil habitantes y cuando pasa esa cota, la cantidad de personas se multiplica”.
Explicó que “el grueso de la población evacuada por debajo de la cota 9, habita esa urbanización desde hace largo tiempo” y señaló que el ministerio “llevó adelante un relevamiento de los sanduceros que residen sobre la cota 7,30, aproximadamente, y cuenta con información completa al momento de las evacuaciones”.
En tanto, Damico reflexionó acerca del aterrizaje de los programas sociales que desarrolla la cartera y se destinan a las zonas con mayores vulnerabilidades, “fundamentalmente áreas costeras tales como el Curupí, Los Álamos, Barrio Norte, desde el puerto hasta el arroyo Sacra y desde allí hasta la ruta 3”.
Sostuvo que “los equipos técnicos visitaron los hogares y efectuaron un censo durante un período de 15 días. Contamos con los datos concretos y las características de cada uno de los hogares”.
Por otro lado, Damico recordó que “hubo privados que donaron terrenos ubicados al norte de la ciudad, al tiempo que otros mantienen litigios y se oponen a vender a bajo costo algunas propiedades que se encuentran ocupadas desde hace años”. Incluso consignó que “en diversas zonas, los ocupantes fueron inducidos a instalarse ante la posibilidad de resultar incluidos en planes oficiales, como el PIAI”, porque de esa forma los terrenos, en general de bajo valor y difíciles de vender, serán expropiados para ser regularizados.
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