Paysandú, Lunes 14 de Julio de 2014
Deportes | 09 Jul Escenario: Estadio Mineirao de Belo Horizonte. Árbitros: Marco Rodríguez, Marvin Torrentera y Marcos Quintero (México).
Brasil: Julio César, Maicon, Dante, David Luiz, Marcelo, Luiz Gustavo, Fernandinho (46’ Paulinho), Oscar, Hulk (46’ Ramires), Fred (69’ Willian) y Bernard. DT: Luiz Felipe Scolari.
Alemania: Neuer, Lahm, Hummels (46’ Mertesacker), Boateng, Höwedes, Schweinsteiger, Khedira (76’ Draxler), Kroos, Özil, Müller y Klose (58’ Schuerrle). DT: Joachim Loew. Goles: 11’ Müller, 22’ Klose, 24’ Kroos, 26’ Kroos, 29’ Khedira, 69’ Schuerrle, 79’ Schuerrle, 90’ Oscar. Amonestados: Dante (B).
Se terminó el cuento que flotaba en el inconsciente colectivo de que estaba armado para Brasil. Y alcanzó con que de una vez por todas este pobre equipo brasileño, pobre como para aspirar a un título del mundo, se topara con uno que tuviera aspiraciones de verdad basada en sus armas. En armas reales más allá de una localía que, por segunda vez en su historia, Brasil no supo defender.
Alemania, cuyo técnico se había mostrado contento y agradecido en la previa de poder enfrentar a Brasil, le dio flor de baile. No es cuestión ahora de comparar lo sucedido en el Mineirao con el Maracanazo, porque carta a carta son dos cosas diferentes e incomparables. Pero los teutones le dieron a los brasileños un revolcón de novela, una humillación deportiva que quedará para la historia, y le propinaron la peor derrota desde que existe la camiseta verde y amarilla: un 7 a 1 que quedará en una página dorada de la historia del fútbol mundial. Alemania lo ganó así, aniquilando a un rival que salió entonado, queriendo rebelarse ante la ausencia del lesionado Neymar. Pero nunca imaginó que Müller aprovecharía un grueso error defensivo para abrir el tanteador cuando iban 11 minutos. Esa incidencia fue como apagar definitivamente las llaves de energía del equipo. Y Alemania, esa que te mide y espera el momento para liquidarte, se despachó con otros cuatro goles en cuestión de siete minutos.
Brasil cometió todos los errores que podía. Y Alemania desplegó todo el fútbol que pudo y sabe generar, en el momento justo. El local estaba muerto. Quiso en el segundo tiempo, salió decidido a una hazaña imposible, pero Neuer salvó una, dos, tres y cuatro ocasiones de gol. Y Brasil se terminó de desinflar mientras el llanto ganaba la tribuna y los jugadores aguantaban con un nudo en la garganta cuando, por otras dos veces, Alemania festejó, cosa que no hizo Brasil con el descuento.
El local se quedó sin final, en la que Alemania tiene un merecido lugar. A Brasil se le escapó, otra vez, como en 1950, la posibilidad de festejar un título en casa. Y a esta altura, lo mejor será dejarse de embromar con organizar más Mundiales.
SCOLARI DIJO SER EL PADRE DE LA DERROTA
Luiz Felipe Scolari, técnico de Brasil, dijo tras el histórico resultado ante Alemania que “el responsable de esta derrota soy yo”.
El entrenador agregó que “el resultado fue catastrófico y los jugadores intentarán repartir la culpa en todo el grupo, pero el responsable del esquema táctico y de cómo jugamos soy yo” y no dudó en asegurar que “esta fue la peor derrota de mi carrera y, si lo pienso, este fue el peor día de mi vida. Pero la vida continúa y no acaba con esta derrota. Es la peor derrota de Brasil en su historia y toda la vida tanto de los jugadores como mía van a continuar. Ellos jugaron su mejor partido del Mundial y nosotros nuestro peor”.
El golero Julio César, en tanto, al igual que el técnico y sus compañeros pidió disculpas al pueblo brasileño.
“Cambiaría este resultado por haber perdido con un error propio, como hace cuatro años. Le fallamos a Brasil”, dijo entre lágrimas apenas terminado el partido, ante las cámaras de televisión.
“Tenemos que reconocer el gran fútbol alemán. Como brasileños, por todos los que están acá, pedimos perdón. Los jugadores van a ir a la zona mixta y le van a agradecer el apoyo a la gente”, aseguró.
Por último, expresó: “Ahora volveremos a casa y abrazaremos a nuestro familiares. Es un sentimiento muy fuerte”.
KLOSE, EL MÁXIMO GOLEADOR
El alemán Miroslav Klose, que colaboró con un gol para la goleada de su selección ante Brasil, se transformó en la víspera en el máximo artillero de la historia de los mundiales, quitándole el rótulo al brasileño Rolando.
Con 16 goles, el teutón le dio otro dolor de cabeza a los locales aunque claro está, de menos intensidad que el que significó el resultado del partido.
Con 36 años y jugando seguramente su última Copa del Mundo, Klose había hecho cinco goles en Japón-Corea 2002, otros cinco en Alemania 2006 y se despachó con cuatro en Sudáfrica 2010.
Ronaldo había alcanzado los 15 tantos y por ende festejó ser el máximo goleador en los Mundiales en 2006, en Alemania, pero Klose le pagó con la misma moneda y le quitó el título en tierras brasileñas aunque, en el caso del alemán, necesitó un Mundial más que Ronaldo.
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