Deportes | 13 Jul Escenario: Estadio Nacional Mané Garrincha (Brasilia). Árbitros: Djamel Haimoudi (Argelia), Redouane Achik (Marruecos), Abdelhak Etchiali (Argelia).
Brasil: Julio César; Maicon, Thiago Silva, David Luiz, Maxwell; Ramires (73’ Hulk), Paulinho (57’ Hernanes), Willian, Luiz Gustavo (46’ Fernandinho), Oscar; Jô. DT: Luiz Felipe Scolari.
Holanda: Jasper Cillessen (90’ Michel Vorm); Dirk Kuyt, Stefan de Vrij, Ron Vlaar, Bruno Martins Indi, Daley Blind (70’ Daryl Janmaat); Georginio Wijnaldum, Jordy Clasie (90’ Joël Veltman), Jonathan De Guzman; Arjen Robben, Robin van Persie. DT: Louis Van Gaal.
Goles: 3’ Van Persie de penal, 16’ Blind, 90’ Wijnaldum.
Amonestados: Thiago Silva, Fernandinho, Oscar (B); Robben, De Guzman (H).

Sin dudas que no era el final que esperaba cuando se lo seleccionó como sede para el Mundial de 2014. No cumplió las expectativas y no logró sacarse de arriba la pesadísima mochila de haber perdido en casa la Copa del Mundo de 1950. Y en la segunda vez como local tampoco pudo alzarse con el trofeo ni mucho menos. Brasil tuvo los dos últimos partidos para el olvido y, en el partido que nadie quiere jugar, volvió a perder, esta vez ante Holanda por 3 a 0 quedándose con la cuarta ubicación. Y no recibió más goles porque los holandeses luego del segundo gol bajaron las revoluciones del partido, y eso que quedaba más de un tiempo y medio. Para los brasileños fue el peor comienzo de un encuentro, esos que tiran por la borda cualquier esquema trabajado y cualquier táctica ha emplear.
A los 2 minutos de juego, Thiago Silva le cometió un dudoso penal a Robben que Van Persie tradujo en gol ejecutándolo de gran manera. Y de ahí en más dominó las acciones la selección de Van Gaal, que le entregó la pelota al local para jugar de contragolpe, lo que mejor sabe hacer.
Brasil comenzó a perder el rumbo, tenía la pelota pero carecía de profundidad, sintiendo demasiado la ausencia de Neymar, que no tiene sustituto en esta selección de “Felipao”. Como si fuese poco, a los 16’ Blind anotó el segundo tras un regalo de David Luiz que le dejó la pelota servida en el punto penal. Claro, la jugada comenzó con una posición adelantada muy fina, que no fue apreciada por el asistente. Pero no hay excusas porque los brasileños en ningún momento tuvieron una lectura clara del partido más allá de los intentos de Oscar, o algo de Jo, que estuvo muy solo arriba.
Holanda bajó el ritmo del partido porque no quería volver a humillar el dueño de casa luego de que días antes recibiera una histórica goleada ante Alemania por 7 a 1, que puso en jaque todo el trabajo realizado anteriormente. Desde la tribuna, los hinchas que ya estaban impacientes luego de la segunda derrota consecutiva, comenzaron a silbar al “scratch” reprochando el poco trabajo que se veía en la cancha. Nada cambió en la segunda mitad. Brasil intentó pero nunca logró ponerse a tiro en el encuentro, y Holanda se jugó al contragolpe. Hubo mucha pierna fuerte que el árbitro argelino las arregló amonestando a los futbolistas, pero la historia no cambiaba dentro del campo de juego. Sobre el final, Wijnaldum anotó el tercero para decorar la goleada holandesa. Van Gaal se dio el gusto de utilizar a sus los 23 futbolistas que viajaron a Brasil luego de que, con el tiempo cumplido, mandara a la cancha al tercer arquero, Michel Vorm. También cumplió otro de sus objetivos: finalizar invictos el Mundial.
Brasil en tanto, no pudo finalizar de la mejor manera y los hinchas locales, que pensaron que hoy iban a festejar su sexta copa, mirarán por televisión la final y desearán que su país no organice nunca más una Copa del Mundo. Es que ya no quieren seguir recibiendo tristezas cuando juegan de local.