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Paysandú, Domingo 20 de Julio de 2014

Alemania rompió la racha y se quedó con su cuarta Copa del Mundo

Deportes | 14 Jul Escenario: Estadio Maracaná de Rio de Janeiro. Árbitros: Nicola Rizzoli, Renato Faverani y Andrea Stefani (Italia).
Alemania: Manuel Neuer; Philipp Lahm, Jerome Boateng, Mats Hummels, Benedikt Howedes; Bastian Schweinsteiger, Christoph Kramer (31’ Andre Schuerrle); Thomas Müller, Mesut Ozil (120’ Per Mertesacker), Toni Kroos; y Miroslav Klose (88’ Mario Goetze). DT: Joachim Löw.
Argentina: Sergio Romero; Pablo Zabaleta, Martín Demichelis, Ezequiel Garay, Marcos Rojo; Enzo Pérez (86’ Fernando Gago), Lucas Biglia, Javier Mascherano, Ezequiel Lavezzi (46’ Sergio Agüero); Lionel Messi y Gonzalo Higuaín (77’ Rodrigo Palacio). DT: Alejandro Sabella.
Gol: 113’ Mario Götze (A).
Amonestados: Bastian Schweinsteiger, Benedikt Howedes (Al); Javier Mascherano, Sergio Agüero (Ar).

Lágrimas por todos lados. De unos y de otros. De los que alcanzaron la gloria, los que serán recibidos como héroes y cuyos nombres serán recitados de memoria por los siglos de los siglos. Los que tiraron por tierra esa profecía ridícula de que una selección europea no podía consagrarse en América.
También en los ojos de los que dieron todo. De los que lucharon hasta el último instante, sintiendo el aroma de esa oportunidad única que se terminó esfumando entre los dedos.
Y también en las tribunas, donde los hinchas de unos y otros afrontaban la emoción como podía, aunque los perdedores tenían que luchar con la revancha de los brasileños que, al menos, tenían el pecho hinchado porque su archienemigo no se había consagrado el casa.
Alemania terminó por sellar la Copa del Mundo a su favor. Su cuarto título Mundial llegó de manera merecida porque, en definitiva, fue el mejor de este Mundial de Brasil en el que ningún equipo brilló de cabo a rabo.
Pero el teutón tuvo las cosas claras, el libreto bien aprendido en todas las líneas y con una capacidad importante para sobreponerse a los inconvenientes.
Del otro lado estuvo Argentina, que llegó a la final pero sin llegar a convencer. Era en este partido en el que, de una vez por todas, Messi tenía que ponerse el equipo al hombro, demostrar que puede ser realmente desnivelante y decisivo. Pero no estuvo a la altura de las circunstancias, o al menos de lo que el equipo realmente necesitaba.
Por eso Alemania terminó pegando primero, sobre el final, en un partido intenso, disputado, que por momentos se hizo de ida y vuelta, y que tuvo a los dos equipos como protagonistas en determinados períodos del compromiso.
Pero dicen que el que pega primero... Y fue Alemania el que supo aprovechar, ya en el alargue y cuando ya se comenzaba a pensar en los penales, la oportunidad de liquidar a los albicelestes, que ayer vistieron de azul. El mismo color (creer o reventar) que usaron en 1990, cuando perdieron la final del mundo ante los alemanes, a los que cuatro años antes habían vencido en la misma instancia vistiendo la casaca original.
Los teutones tuvieron más la pelota pese a que salieron al campo con un cambio obligado, dado que en el calentamiento previo se lesionó Khedira y su lugar fue ocupado por Kramer quien, increíblemente, debió dejar la cancha cuando iban 31 minutos por un fuerte golpe en la cabeza.
Más allá de esto, Argentina se las ingeniaba para intentar salir en velocidad, con Lavezzi como abanderado en este caso por la derecha del ataque argentino, intentando conectarse con Messi e Higuaín.
Fue justamente este último el que avisó sobre la última línea teutona cuando iban pocos minutos, y el propio Messi se metería en el área para meter el pase atrás sin encontrar compinche, como enseguida le sucedería al propio Lavezzi.
Argentina parecía llevar la batuta del partido. Y un grueso error defensivo de Kroos, que pasó atrás el balón de cabeza, casi le cuesta caro a Alemania pero Higuaín, solo, remató increíblemente afuera.
La pelota era alemana, con un Schwensteiger imparable, pero era Argentina la que llegaba con más peligro, pero sin poder definir.
Los germanos estuvieron cerca sobre el final del primer tiempo, pero el caño dijo que no.
Argentina respondió al comienzo del complemento, pero el partido se hizo de ida y vuelta y luego entró en un pozo. Todo era peleado, Argentina intentaba limitar al rival y lo conseguía, apostando al contragolpe.
Así el alargue era esperado y, a esa altura, estaba claro que sería como en el campito: el que hacía el gol se quedaría con el partido.
Por tercera vez consecutiva la final de un Mundial necesitaba tiempo de prórroga. Se fueron los primeros 15 minutos, y los fantasmas por los penales rondaban Maracaná.
Los dos corrían, trancaban con el alma, luchaban en cada rincón de la cancha. Hasta que Schuerrle, que había ingresado por Kramer en el primer tiempo, corrió por la izquierda y les ganó a todos.
Y mandó el centro para Götze. El delantero, otro que había entrado con el paso de los minutos, vio el hueco. La paró de pecho, acomodó el cuerpo y largó un latigazo que mandó la pelota cruzada, sin que Romero pudiera hacer nada.
Alemania había pegado primero. Y volcó todo a su favor. Argentina lo supo casi inmediatamente. Fue, intentó, y Messi desperdició lo único que le quedaba, un tiro libre que se fue arriba.
Los teutones se quedaban con su cuarta Copa del Mundo, y festejaba por primera vez un combinado europeo en América.
Argentina se quedó con las ganas. Estuvo cerca, pero no pudo con el mejor equipo del Mundial. Un equipo seguro de lo que quiere y de lo que tiene, que más allá de algunos inconvenientes en un par de partidos se mostró firme en todas sus líneas y que supo liquidar las cosas cuando tuvo la ocasión.
La historia terminó, en este caso, un joven delantero de 22 años que hizo un golazo aprovechando los espacios lógicos que quedaban en los últimos suspiros de un partido intenso, digno de una final.
Götze definió la Copa del Mundo, pero fue el equipo el que cimentó a lo largo de la cita un título merecido, gestado en un largo proceso de selección.

"DEMUESTRA QUE ERES MEJOR QUE MESSI"
El técnico de Alemania, Joachim Löw, confesó tras la obtención del título mundial que Mario Götze, autor del único gol del partido ante Argentina, “es el chico milagro, siempre puede decidir los partidos”. Y confesó “tenía una buena sensación con él” cuando el futbolista iba a ingresar al terreno, al punto que le dijo: “Muéstrale al mundo que eres mejor que Messi y que puedes decidir el Mundial”.
El autor del gol que decidió el título, en tanto, afirmó que “no sabía lo que estaba sucediendo” cuando paró de pecho la pelota y definió ante Romero para anotar el gol que valdría un Mundial.
“Es una sensación increíble, no sé cómo describirla. Tiras al arco y no sabes ni lo que está sucediendo. Esto es un sueño hecho realidad, y estoy más que feliz y orgulloso con el equipo y por todo lo que sucedió en Brasil”, dijo.
El golero Manuel Neuer, el mejor en su puesto en el Mundial 2014, dijo en tanto que los festejos en Alemania continuarán durante bastante tiempo, pero con respecto al choque estableció que “fue un gran partido hasta el final, y hay que reconocer a nuestros oponentes”.
Y destacó que “no solo los que jugamos somos campeones del mundo, todos somos campeones del mundo, también los que no jugaron, toda Alemania”.

“SOLO QUERÍA LEVANTAR LA COPA”
Del otro lado, como era lógico, todas eran caras largas. “Solo quería levantar la Copa y llevarla a Argentina. Merecimos más y si bien no te da para nada, nos podemos ir tranquilos. Ellos manejaron la pelota, pero las situaciones más claras fueron nuestras”, dijo Messi.
Javier Mascherano, símbolo de los albicelestes, se sinceró y dijo que “el dolor va a ser de por vida porque era nuestra oportunidad. Habrá que levantar cabeza y tratar de soportar este dolor”.
El volante agregó que “pusimos todo para ganar, tuvimos las mejores chances y dimos hasta que el físico aguantó. Nos vaciamos. Dimos lo que pudimos y lo lamento por nosotros y por la gente. No tuvimos esa cuota de suerte y se quedaron con la Copa. Estoy orgulloso de haber vivido esto. Representamos al país de la mejor manera. Dimos todo”.
El entrenador Alejandro Sabella, en tanto, dejó en claro que está “muy orgulloso de los muchachos” y que “fuimos de menos a más” a lo largo del Mundial, que lo tuvo en la definición. “Ni el primero porque sale primero hace todo bien ni el segundo porque sale segundo hace todo mal”, indicó.
Y agregó: “Teniendo en cuenta el rival, que jugamos un suplementario más que ellos, que tuvimos un día menos de descanso, fue nuestro mejor partido. No hay nada para recriminar. A los jugadores los felicité porque uno, a pesar de los resultados, evalúa los rendimientos. Y dejaron el pellejo, hasta la última gota de sudor. Fueron guerreros”.


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