Deportes | 15 Jul Una vez finalizado el Mundial de Brasil 2014, todas las miradas estarán en la próxima Copa del Mundo, que se realizará en Rusia 2018. Y en tal sentido, con la presencia del presidente de la FIFA Joseph Blatter, se llevó a cabo el simbólico traspaso de poderes entre la presidente de Brasil, Dilma Roussef y el presidente de Rusia, Vladimir Putin.
“La Copa del Mundo de Brasil representó un mensaje muy especial, un mensaje de unión, conectando a las personas, un mensaje de paz y antidiscriminación”, expresó Blatter.
A su vez, agregó que “la Copa del Mundo de 2014 fue un éxito y ciertamente veremos el legado en este país. Al mismo tiempo, la responsabilidad ahora es del próximo país-sede y estoy convencido de que Rusia va asumir esa responsabilidad y también organizará una maravillosa Copa del Mundo en 2018”.
Por su parte, Rousseff dijo que su país está orgulloso de “haber sido una vez más el palco de la mayor celebración del mundo del fútbol. En los últimos 30 días, el mundo estuvo conectado a Brasil, celebrando goles con mucha emoción en las 12 sedes y haciendo de ésta la Copa de las Copas”. A su vez, Putin felicitó a “la presidenta Dilma Rousseff por la forma como se organizó el trabajo” y aseguró que el fútbol “ayuda a mejorar los problemas sociales”.

CASI 10
Para el presidente de la FIFA, Brasil organizó un Mundial “excepcional”, dándole una clasificación de 9.25 sobre 10, incluso superior a la obtenida en Sudáfrica 2010 que había sido de 9.
“Pasamos la noche debatiendo la nota y llegamos a la conclusión que Brasil sacó nota 9,25”, expresó Blatter entre risas en la rueda de prensa para presentar el balance del torneo. “La perfección no existe, quien saca 10 tuvo algún tipo de acuerdo con el profesor (...), pero Brasil mejoró con respecto a Sudáfrica”, indicó.