Deportes | 20 Jul Tanto se esperó por el retorno del fútbol local, pero los inadaptados de siempre evitaron que se concretara en el escenario estudioso. A los 9’ del primer tiempo el árbitro Robert Ledesma, que controlaba el partido que estaban disputando Independiente y Barrio Obrero, decidió suspenderlo por falta de garantías.
La decisión surgió luego de que un petardo arrojado desde el sector donde se ubicó la parcialidad de Independiente, estallara a muy pocos centímetros del golero de Barrio Obrero, Enzo Ferrari, que iba a recoger un balón en su área. El guardameta quedó en el piso a raíz del estruendo sin experimentar lesiones, pero requirió la asistencia de la sanidad del equipo esteño.
Pese a que insistieron algunos integrantes de ambos equipos en convencerlo para que reanudara el encuentro, el árbitro, en medida que entendemos acertada, se mantuvo en su posición y lo poco del espectáculo que se había apreciado hasta el momento pasó a segundo plano, quedando rápidamente desierto el campo de juego.
Por lo que pudimos apreciar y oír, antes de esa incidencia, en el sector donde se ubicó la parcialidad del equipo rojo, se escuchó el estallido de tres estruendos, sin que se arrojaran a la cancha. Al ser consultado el árbitro, manifestó que lo suspendió por falta de seguridad luego que el petardo rebotara en la parte posterior de una pierna del meta Ferrari, estallando posteriormente. Agregó que ya había advertido a los capitanes de ambos equipos y a los entrenadores, en el sentido que si se producía una situación como la que se produjo, suspendería el partido.
Marcos Josuhé