Deportes | 24 Jul Ahora es contrarreloj, pero para realizar esa tarea llena de adrenalina, positiva, que hace que se descanse poco y se trabaje mucho para que todo vuelva a la normalidad. Es distinta a aquella otra actividad intensa, que también era una carrera contra el tiempo --o mejor dicho contra el río--, ya que había que dejar todo medianamente acondicionado sabiendo que el agua daría un nuevo salto para inundar las instalaciones del Club Remeros.
La vuelta a casa, el retorno al club, es otra historia. Es pelear contra el tiempo pero con más ganas que nunca para que todo vuelva a la normalidad; es limpiar cada centímetro en el que el agua dejó su huella para que esta nueva creciente vuelva a ser una de las tantas anécdotas como esta; es esforzarse, ponerle el hombro, pero también disfrutar al ver como todo vuelve, poco a poco, a su cauce normal.
Los directivos, el personal, socios y allegados dan una mano para que el Club Remeros vuelva a ser el mismo en el menor tiempo posible. Que tenga la misma cara que mostró en los últimos meses, con sus instalaciones pintadas, prolijas, maquillando y disimulando el paso de los años; y que lo antes posible se pueda disfrutar de la remozada terraza, el que para muchos es lugar más lindo de Paysandú.
Los trabajos en ese sentido han avanzado, a tal punto que a partir del lunes se retomarán prácticamente todas las actividades del club en sus instalaciones. “Seguimos con la limpieza, por lo que el lunes comenzarán las actividades en la institución, salvo la natación, dado que se está llenando la piscina. Y el tenis comenzará en el gimnasio”, dijo la directiva María Noel Castañares.
Mientras la creciente no permitió el desarrollo normal de las actividades en el club, la directiva llevó adelante el desafío de pintar a nuevo la piscina, que fue rasqueteada, se eliminó el sarro y fue pintada, y que está hoy a medio llenar. Y quedó espectacular.