Opinion | 30 Jul Cuando el mes en honor al emperador romano Julio César (pues había nacido durante el mismo, llamado entonces Quintilis) se despide, dejando su espacio al mes en honor a César Octavio Augusto (que él mismo se adjudicó), Agosto, es ya un clásico que se piense desde estas páginas en la necesidad de comenzar no solo a pensar, sino a programar y tomar acciones con vistas a la temporada de playas, en este caso 2014-2015, pues Paysandú tiene estupendas oportunidades, que siguen sin aprovecharse.
No se trata de disparar contra la Intendencia Departamental de Paysandú. O contra el Ministerio de Turismo y Deporte. O contra la Cámara de Turismo de Paysandú. O contra el Comité Dinamizador de la Costa. O contra los emprendedores de aquí o acullá. Se trata de llamar a responsabilidad a todos, porque todos la tienen. Todos la tenemos.
No escapa a nadie que --más allá de cuestiones como el río fuera de cauce-- la última temporada pasó con más pena que gloria (y de esto último casi nada). Es cierto que quien debe establecer los objetivos, diseñar la macro política turística veraniega es la intendencia. A través de su Dirección de Turismo. Y ahí estuvo la gran falla el año pasado, no hubo una planificación que guiara al resto.
El enfoque siempre pasa por la inversión, pero esta no debe caer --y esto se ha expresado en varias oportunidades-- con todo el peso sobre la intendencia, porque los modelos exitosos de explotación turística en el mundo, tienen fuerte presencia privada, lo que asegura por un lado una dedicación completa al sector (a veces el sector público tiene tantos frentes de batalla que atender que deja descuidados algunos) y por otro, hará todo lo necesario para obtener la necesaria rentabilidad.
En el caso de las playas sanduceras seguimos estancados en determinar la preeminencia del huevo sobre la gallina o viceversa. Por si fuera poco, cada año debemos esperar semanas para habilitar la playa Park debido a un foco de contaminación que es bien conocido y que podría ser eliminado con al menos un par de meses de anticipación.
Faltan, claro está, iniciativas. Cuando eso sucede, solamente se necesita tener una: hacer un llamado de ideas, a condición que quienes las presenten puedan llevarlas a la práctica sin apoyo económico, excepto aquel que provenga de entidades bancarias, cooperativa de pequeños capitales o similares.
¿Qué servicios y emprendimientos se pueden ofrecer en el verano en la zona de playas? ¿Quiénes están dispuestos a emprender grandes o pequeños negocios en el área?
El propio Comité Dinamizador de la Costa (hoy desarticulado) puede ser reconvocado para que estudie las propuestas e impulse todas las que puedan ser concretadas. Que todo aquel que tenga una idea que aporte nuevos servicios a la zona de playas tenga su oportunidad. Para que pueda hacer, digámoslo así, su agosto en verano.