Opinion | 07 Ago Está en curso en todo el país una nueva edición de “Boliches en Agosto”, propuesta que ha venido desarrollando en los últimos años la Dirección Nacional de Cultura y los Centros MEC.
Se trata de un ciclo de actividades artísticas (cine, teatro, danza, música, letras, entre otras) en homenaje a los bares y boliches de antaño, cuna de las raíces de nuestra cultura rioplatense. Se lleva a cabo a lo largo del mes de agosto en bares y boliches de todo el país, con entrada libre y gratuita. En esta edición la propuesta fue trabajar en torno la identidad de los barrios y villas de nuestro país, donde los boliches fueron algunos de los espacios de interacción social más importantes.
Hoy en día al palabra “boliche” puede evocar para muchos, cosas distintas. Los jóvenes seguramente pensarán en un lugar para ir a bailar mientras que los más veteranos, pensarán en el viejo “boliche” de barrio --en su acepción proveniente del lunfardo--, como un lugar de copas y naipes, un ámbito netamente masculino donde se socializaba en el marco de una sociedad con roles claramente diferenciados para el hombre y la mujer.  Un lugar donde se podía hablar de diferentes temas, donde no había jerarquías, se oía a todos y todos recibían similar atención de los demás.
Basta un párrafo para darse cuenta que el boliche, tal como se “pinta” en el anterior, ya casi no existe más. No es que haya entrado en desuso, sino que la sociedad ha cambiado. Por eso mismo, los boliches de antaño que aún quedan pueden considerarse verdaderos supervivientes y testimonio de una época del pasado.
De todas formas, cada barrio o villa de nuestro país atesora “una historia llena de personajes, anécdotas, tradiciones, oficios perdidos, rincones de juegos, clubes deportivos y sociales, entre otros elementos, que contribuyen a la creación de su propia identidad”, dice el Ministerio de Educación y Cultura al difundir a convocatoria a la ciudadanía a participar. Y tiene razón. Conocer y redescubrir esos elementos ayuda a la construcción de arraigo y pertenencia, generando cohesión y solidaridad vecinal.
En sus diferentes ediciones, “Boliches en Agosto” se ha propuesto desempolvar del olvido y rescatar la memoria colectiva, las identidades locales, los artistas y hasta los juegos tradicionales como la taba, el tute, el ajedrez, los dados, el dominó, la generala, el mus y tantos otros que poblaron nuestros bares desde tiempos coloniales, los cuales, en su mayoría, fueron traídos por inmigrantes. Se trata de una propuesta que cada mes de agosto promueve mirar al interior de nuestra propia cultura y formas de ser para resignificar estos ámbitos ciudadanos o pueblerinos que forman parte de nuestra identidad.