Paysandú, Sábado 09 de Agosto de 2014

En la vía

Opinion | 08 Ago De acuerdo al último balance dado a conocer por AFE, que fue divulgado en 2011, las pérdidas del ente del riel, que se arrastran desde hace décadas, indican que por cada peso ingresado al ente, Rentas Generales debía poner dos, lo que significa que todos los uruguayos estamos subsidiando el sostenimiento del organismo sin que éste a su vez por lo menos aporte la contrapartida de participar activamente en el transporte de cargas y por lo tanto contribuya a desarrollar la logística para emprendimientos productivos en apoyo a la competitividad de la carga de grandes volúmenes.
Lamentablemente, lejos de ir mejorando la ecuación, año a año el déficit se ahonda, y según El Observador, en los primeros siete meses de este año AFE está transportando un 21 por ciento menos de cargas que en igual período de 2013, que ya estaba con tendencia descendente, y es así que en el acumulado del año se registró una pérdida de 130.000 toneladas, lo que se traduce en una merma de ingresos por medio millón de dólares.
Las estadísticas indican además que el deterioro se va dando sistemáticamente mes a mes, y entre las causas de la caída se menciona la falta de material rodante y déficit de personal capacitado, aunque naturalmente existe un déficit mucho más global, que es en infraestructura. Este factor es además parte fundamental del círculo vicioso que es AFE, porque los operadores no cuentan con un mínimo de seguridad respecto a la suerte de su mercadería, cuando el tren está disponible, y tampoco si llegará a tiempo para recogerla y al lugar de destino. En consecuencia, nadie confía en AFE.
En cuanto al material rodante y de tracción, debe tenerse presente que la presidenta del organismo, Carmen Melo, dio cuenta recientemente de que de las 10 locomotoras General Electric con que cuentan están en funcionamiento cinco o seis, debido a que deben ser sometidas a continuas reparaciones, con mantenimiento atrasado respecto a lo establecido por el fabricante.
A la vez la jerarca evaluó que es preciso contar con un préstamo del Banco de Desarrollo - CAF para comprar material rodante e invertir en talleres, pero el Ministerio de Transporte y Obras Públicas no aceptó salir de garantía del préstamo, porque precisamente no existe ninguna seguridad de retorno para esta inversión, por cuanto además este apoyo sería poco menos que una aspirina para un enfermo terminal y equivalente a seguir arrojando dinero a un barril sin fondo. En esta problemática por cierto no es pertinente seguir ensayando parches para continuar sosteniendo a un ferrocarril en estas condiciones, porque al fin de cuentas se trata de que todos los uruguayos sigamos poniendo dinero de nuestros bolsillos para nada que valga la pena. Aún reconociendo que este transporte esté en dificultades en muchos países del mundo, y que en Sudamérica no tenga la participación que debería tener pese a su gran producción primaria de grandes volúmenes, una cosa es subsidiarlo en determinado porcentaje pero por lo menos cumpliendo con sus cometidos en el esquema logístico de cargas, y otra cosa muy distinta seguir volcando cuantiosos recursos para que igualmente siga postrado. Como antecedente inmediato tenemos que en más de una oportunidad desde que asumiera, el presidente José Mujica ha señalado y relanzado la idea de reactivar y reestructurar el ferrocarril, un proceso en el cual si bien su gobierno ha dado algunos pasos positivos, no ha logrado llegar a armar nada tangible.
En su momento la idea de la Administración Mujica era que la nueva operativa de cargas ferroviaria integrada en el 51 por ciento por AFE y en un 49 por ciento por la Corporación Nacional para el Desarrollo (CND) comenzara a funcionar a partir de este año, pero seguimos muy lejos de esta posibilidad. Por otro lado, eso por sí solo no cambia en nada la situación de la empresa. Pero además uno de los elementos clave para poder entablar cualquier acción en este sentido refiere al traspaso de trabajadores a esta nueva empresa y definir el futuro de los empleados excedentarios de AFE. En su momento el rechazo de la Unión Ferroviaria a la propuesta del Poder Ejecutivo enlenteció y hasta ha dejado en la incertidumbre este paso imprescindible.
En abril Mujica divulgó que plantearía un eventual acuerdo nacional para decidir sobre la participación del gobierno chino en la reactivación del ferrocarril, y según dieron cuenta voceros gubernamentales, la intención del mandatario es no dilatar más el proceso de la reconstrucción de la red ferroviaria y por lo tanto requiere una ley especial que permita un acuerdo entre los estados de China y Uruguay para que la Corporación de Construcción Ferroviaria haga directamente los trabajos, y obviar el proceso licitatorio internacional.
Lo que es por cierto un antecedente peligroso y mucho más aún ante un conflicto de intereses y el condicionamiento del año electoral, por lo que el margen de maniobra en este 2014 no permite ser muy optimistas, cuando estamos ante un gobierno que ha dejado transcurrir más de cuatro años con marchas y contramarchas, cediendo a las presiones sindicales, y tampoco sería de recibo a esta altura que dejara un “paquete” atado para el próximo gobierno, con una fórmula propia y sin el consenso del resto del sistema político.


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