Opinion | 09 Ago Nuevamente, y tras una asamblea con participación de la dirigencia nacional de la Federación Uruguaya de Cooperativas de Viviendas por Ayuda Mutua (Fucvam), cooperativistas nucleados en cuatro cooperativas se movilizaron frente al Palacio Municipal reclamando que la Intendencia Departamental les solucione los problemas de aguas servidas y de pluviales que afectan al complejo que se está levantando en el predio de Bulevar Artigas e Instrucciones del Año XIII.
Esta problemática se arrastra desde hace varios meses, cuando los cooperativistas, tras haberse aprobado el proyecto técnico y el crédito por el Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente (Mvotma), se encontraron ya en la obra que por lo menos dos cooperativas de las cuatro son afectadas por el desborde de aguas cloacales provenientes del barrio Río Uruguay, y también por el arrastre de agua de lluvia de calle General Luna cuando se registran precipitaciones intensas.
El punto es que las gestiones en procura de soluciones que han entablado por separado ante los organismos con injerencia en la problemática no han arrojado resultados y el común denominador es que siempre se atribuyen las responsabilidades a otro. Para empezar, naturalmente, cuando hay un problema de desborde de aguas servidas, no puede haber otra responsabilidad más que la de OSE, que es el organismo competente en Paysandú y en el Interior en cuanto a brindar las respuestas en saneamiento.
Por lo tanto, aquí hay un aspecto claro sobre quién es el responsable en el tema, que no lo entiende solo quien no lo quiere entender. En esta problemática se agregan las aguas pluviales que anegan el terreno, en tanto la Intendencia Departamental argumenta que la calle existió en ese nivel desde 1998 y que los proyectistas conocían la altimetría del terreno y la calle, por lo que en el proyecto debieron incluir las correspondientes medidas constructivas para atacar la problemática.
Pero en suma, hasta ahora las gestiones que se han hecho por separado no han tenido más que excusas y sacarse de encima las responsabilidades por OSE y de quienes debieron prever que el terreno se inundaba, y prever que había que rellenar antes de empezar a construir, como se hace siempre en cualquier obra. A esta altura, una salida lógica sería establecer una mesa de diálogo con todas las partes involucradas, es decir OSE, los técnicos proyectistas y la Intendencia Departamental, para que expongan sus argumentos y se determinen fehacientemente hasta donde llegan las competencias respectivas, y acordar salidas a cargo del organismo omiso o en base a la determinación de responsabilidades y colaboraciones compartidas.
Pero la dirigencia nacional de Fucvam se ha precipitado, atribuyendo desde ya por su cuenta las responsabilidades, cuando debería ponderar todos los elementos y actuar en base a la razón.