presidente de agropecuaria salteña preocupado por abigeato

Rurales | 13 Ago El presidente de la Asociación Agropecuaria de Salto, Walter Texeira Nuñez, manifestó a EL TELEGRAFO su preocupación por el abigeato en la campaña, al sostener que “hoy es peor que te agarren con un producto de la fauna nativa como un carpincho, que te sorprendan con tres o cuatro ovejas faenadas”.
“Esto no puede ser, porque la oveja no es autóctono, ya que fue introducido, pero sí un animal que es increíble el trabajo que brinda y el esfuerzo que le dedican las personas para tenerlas; no puede ser que se proteja tan poco”, aseguró. Durante la inauguración del Salto Ovino realizado el pasado fin de semana en el local de la Agropecuaria salteña, indicó que la caza de la oveja en el país “es más o menos libre. Como podemos cazar liebres u otra cosa y esto no puede ser”. Planteó que la situación con el lanar debe tomarse como “un tema nacional”. “Es inaudito que en un país ganadero como el nuestro se le tenga tan poca consideración a este delito y se lo considere como un delito menor”, añadió.
Sostuvo que “antes les cargábamos la tinta a los jueces, aunque es verdad que hay actitudes que nos llaman la atención, pero es verdad que tenemos una ley muy vieja y no hay voluntad del Poder Legislativo y el Poder Ejecutivo de propiciar el aggiornamiento de la ley ante un delito que ha cambiado”.
Para Texeira, “culturalmente a través del tiempo nos hemos acostumbrado al abigeato”.
“Siempre existió, pero sus características han cambiado notablemente de aquellos robos de alguna oveja que era para alimentarse, a lo que tenemos hoy, que son verdaderas organizaciones en las cuales hay una parte que se encarga de detectar los lugares de carneada, otra levanta la carne y otra la comercializa; organizaciones que cuentan con vehículos y celulares para los contactos. Estamos perdiendo frente a eso”, dijo.
Además de un endurecimiento de las penas, el dirigente explicó que “se necesita una actitud frente a este delito muy distinta a la existente actualmente. Esto no es un simple daño al productor que le roban una oveja, es muchísimo más que eso”.
“El desánimo de la gente --a la que continuamente le están robando-- hace que deje la producción. Al suceder esto, se pierde mano de obra, la fuente de trabajo y materia prima que luego deja de estar en la cadena de procesamiento. Pierde todo el país con esto y no es buena señal la que brindan los poderes en cuanto a la forma de encarar el problema”, resaltó.
“Es un tema de actitud y entender realmente el problema y ver qué es lo que pierde el país con esto; hay que decidirse a tomarlo en serio. Aún no hemos logrado que eso pase”, acotó.
Recordó que representantes del sector se han entrevistado con jueces, tratando de hacer ver que no es un delito menor. “Además, también entra el tema de la salud, porque la carne mal faenada de animales que no se sabe en qué estado va se la comercializa al público y con eso se hace daño a la salud de las personas”.

SANIDAD
Texeira mostró su preocupación por la sarna ovina, una parasitosis que se continúa viendo “y en donde en primer término tenemos responsabilidad los productores”. Se refirió a las ivermectinas y al uso de “productos similares, que hacen que a veces se enmascare y no aparezca para que se siga difundiendo. Pero si en el pasado nuestros mayores pudieron exterminarlas con mayor dificultad y productos de menor calidad que los existentes hoy, es inadmisible que sucedan casos. A mí me da vergüenza como productor decir que en Uruguay tenemos problemas de sarna”.
“Pero es cierto que necesitamos ayuda de las autoridades, y que protejan a los que hacen las cosas bien, eliminando a los animales que andan en la calle desparramando la parasitosis y que nadie los controle”, precisó. Reclamó la falta de controles del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca que ayudan a los productores que trabajan en forma correcta, así como sobre los lanares que circulan por los caminos vecinales, libremente, “desparramando la enfermedad”. Dijo que “esto es un trabajo compartido” entre las autoridades y los productores, pero reconoció que sobre los criadores de ovinos cae “la mayor responsabilidad”.