Paysandú, Sábado 23 de Agosto de 2014
Opinion | 17 Ago En varias oportunidades hemos abordado distintos aspectos relacionados con la posibilidad de que Uruguay organice el Mundial de Fútbol de 2030 al celebrarse los cien años de la disputa del primer campeonato de esas características. Torneo que, dicho sea de paso, fue ganado por la selección celeste que en la final derrotó a la de Argentina por 4 goles a 2.
La experiencia de los últimos mundiales y especialmente la muy reciente de Brasil indican claramente que un país de las dimensiones y la economía del nuestro no puede emprender lo que sería una aventura con un final casi seguramente desastroso del punto de vista económico y social.
A su vez, se había planteado la posibilidad de que dicho torneo fuera organizado en forma conjunta por Uruguay y Argentina, lo que parece no ser conveniente porque entre otros aspectos Uruguay sacrificaría su derecho histórico por haber sido el primer organizador. Por otra parte, si bien estos torneos son efectuados por organizaciones no gubernamentales --las asociaciones de futbol-- el apoyo y la participación de los gobiernos son fundamentales y, bien sabemos cómo son las cosas hoy por hoy y la manera como Argentina trata a Uruguay.
Es absolutamente impredecible y nada aconsejable iniciar un emprendimiento conjunto a la luz de las medidas que una y otra vez nos aplica el gobierno del vecino país.
Como es de conocimiento público hace algunos días, a causa del fallecimiento del dirigente argentino Julio Grondona, ocupa el cargo de vicepresidente de la Federación Internacional de Futbol Asociación, FIFA, el uruguayo Eugenio Figueredo de conocida trayectoria en la dirigencia del fútbol nacional e internacional.
Recientemente, en el suplemento “Ovación” del diario “El País” de Montevideo se le realizó una entrevista que se publicó bajo el título: “Estoy con la conciencia tranquila y las manos bien limpias”.
“La remo desde los 8 años. A los 18, sabía por qué los colores de la corbata debían estar a tono con el traje. Te puedo decir que fui un gran observador y sé dónde me tengo que ubicar. Eso es clave”, asegura el nuevo vicepresidente de FIFA, Eugenio Figueredo.
Ante la pregunta del periodista “¿Uruguay y Argentina siguen corriendo como sede del Mundial 2030?”, Figueredo respondió textualmente: “La veo difícil por los costos. No tengo dudas, y te lo puedo asegurar hoy, que Uruguay puede organizar un mundialito o algo especial, pero no un Mundial”.
Claro y contundente pero a la vez alentador porque esta opinión abre las puertas para que Uruguay organice algo realmente trascendente que sea un gran homenaje a todos aquellos pioneros visionarios que en el Uruguay de 1930 organizaron por primera vez lo que hoy es el acontecimiento deportivo más importante del mundo, del que participan casi todos los países, el que más espectadores y telespectadores reúne y el que más dinero mueve.
Parece muy acertado que Uruguay organice, en el 2030, algo que podríamos llamar “Campeonato del Centenario” o campeonato o copa “de los campeones”, disputando un torneo del que participen solamente aquellas naciones que hayan logrado en el transcurso de esos cien años el título de Campeones Mundiales.
Veamos: hasta el momento hay ocho naciones que ostentan esa condición. Son ellas Italia, Alemania, Brasil, Argentina, España, Inglaterra y, por supuesto, Uruguay. Considerando que planteamos que este torneo se dispute de manera que finalice alrededor de un mes antes del Mundial de 2030, vemos que tenemos por delante los torneos de 2018, 2022 y 2026 que podrían generar nuevas naciones campeonas, la FIFA debería determinas un sistema de “clasificación” entre las que tengan un solo título para que en definitiva sean ocho los participantes del torneo que proponemos.
Debería ser un campeonato “a matar o morir” por usar un término futbolero, ya que se disputarían cuatro partido que clasificarían a los cuatro ganadores. Estos jugarían luego otros dos partidos y los ganadores disputarían la gran final por el título.
Pensamos que los cuatro encuentros iniciales podrían disputarse en Montevideo, Paysandú, Maldonado y Rivera que son las ciudades que en este momento tienen los estadios que cumplen o con poca inversión pueden cumplir con las exigencias de la FIFA. Incluso se podría digitar que Brasil y Argentina jueguen sus encuentros iniciales en Rivera y Paysandú respectivamente, como forma de abaratar costos y facilitar la presencia de aficionados de esas nacionalidades.
Las semifinales podrían disputarse en el otro gran estadio de Montevideo, que se anuncia estará inaugurado el año próximo, así como en el Centenario que, por supuesto será el escenario de la gran final.
La fecha parece lejana pero en la gigantesca FIFA no se puede perder un minuto por lo que sería muy conveniente que la Liga de Fútbol de Paysandú y la Organización del Fútbol del Interior, con el apoyo de las autoridades departamentales, plantearan ya a la Asociación Uruguaya de Fútbol un proyecto completo.
Imaginemos a ocho campeones mundiales disputando entre sí el título máximo en nuestro Uruguay…
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