Deportes | 23 Ago Era de imaginar que los chinos las iban a pensar a todas. Pero se les escapó algo: era imposible navegar en el lago Jinniu. Los veleristas que están participando en los Juegos Olímpicos Juveniles de Nanjing han sufrido ese aspecto a más no poder. Y los organizadores tienen los pelos de punta porque de lo planificado, ha podido salir poco y nada, al punto que las regatas van quedando por el camino por la falta de viento.
La sanducera Dolores Moreira, que compite en la Clase Byte CII, ya está curada de espanto aunque, lógicamente, su fuerte es justamente el viento. Y en las primeras fechas se dio cuenta que sería complicadísimo, más allá de la buena actuación que ha tenido hasta el momento, poder estar en las primeras posiciones, como era su objetivo.
Ayer volvieron a quedar las regatas previstas por el camino: el viento no apareció nunca, y la famosa paciencia china ya comenzó a transformarse en ansiedad y nerviosismo por parte de los organizadores. A tal punto que quedan por disputarse la octava, novena y décima regata de la tanda clasificatoria, y no ha habido caso. Tal era la situación que se evaluaba la posibilidad de que las tres regatas quedaran por el camino porque el pronóstico era invariable con respecto a lo que ha venido sucediendo, y que en la pasada madrugada de nuestro país se disputara directamente la regata por las medallas con la participación de todas, por lo que se definiría el torneo por una tabla general. Claro que, en caso de que se confirme, habrá cero espectáculo y mermarán las posibilidades de varios que, en condiciones normales, podrían estar mejor posicionadas no solo en esta última regata, sino que podrían haberlo estado en la tanda de clasificación. Y el caso de Moreira es un ejemplo, aunque se trate de un accidente de la competencia.