Opinion | 19 Ago Aunque hace pocos años ni siquiera figuraba en los rankings, hoy Uruguay es el país líder en Gobierno Electrónico en América Latina y el Caribe. El Gobierno Electrónico implica la posibilidad de acceder a la información de la administración pública que interesa, las 24 horas del día, los 365 días del año, en el momento que se necesita. Para el ciudadano es una gran ventaja, puesto que los trámites y servicios en línea hacen la vida más simple y conveniente, ya que no debe trasladarse personalmente, no hay hora de cierre, ni esperas. Asimismo, se pueden iniciar trámites desde los hogares, por ejemplo para recargar el teléfono celular a través de la tarjeta de crédito, solicitar comprobantes, certificados y habilitaciones.
Los anteriormente citados son algunos ejemplos de servicios básicos a los que se puede acceder a través de un simple “clic”, en tanto que la profundización de estas posibilidades y otras nuevas que están en desarrollo forman parte de la Agenda Digital de nuestro país.
En definitiva, estas facilidades que simplifican la vida cotidiana y que se están incorporando muchas veces sin notarlo, forman parte de lo que se domina Gobierno Electrónico, cuyas acciones son llevadas adelante por la Agencia de Gobierno Electrónico y Sociedad de la Información y el Conocimiento (Agesic).
¿Se imagina ir a hacer un trámite sin llevar la partida de nacimiento, el certificado de buena conducta y varias cosas más? Pues bien, esa es la próxima meta en materia de Gobierno Electrónico.
El nuevo desafío que afronta la interconexión informática en el Estado es que las instituciones gestionen entre sí los expedientes. Esta posibilidad ya existe entre ministerios y en los últimos días dicha Agencia posibilitó el primer intercambio de expediente electrónico entre el Banco Central del Uruguay y el Tribunal de Cuentas.
La base de esta propuesta es el concepto del desarrollo de gobierno en red, que posicione cada vez más a la tecnología como una herramienta estratégica y como un facilitador para la innovación del servicio público y el crecimiento de la productividad. Esto ha sido posible mediante el desarrollo de una plataforma de interoperabilidad que brinda infraestructura (software y hardware) y mecanismos que simplifican la integración entre los organismos del Estado y optimizan el uso de sus activos.
En definitiva se trata de nuevas posibilidades hacia las cuales la administración pública deberá necesariamente encaminarse a corto plazo y para ello es necesario concientizar a los funcionarios para que las utilicen y promuevan, como forma de reducir la complejidad de la implementación de servicios a público facilitando la accesibilidad dentro del Estado.