Opinion | 24 Ago “¿Qué confiabilidad tienen las encuestas?”, preguntó el candidato a la presidencia por el Frente Amplio, Tabaré Vázquez, durante un acto realizado en el Mercado del Cordón e inmediatamente agregó que tienen la finalidad de “influir en el pensamiento de la gente para ver si de esa forma llevan agua a su molino”.
Seguidamente consultó a su auditorio si alguno de los presentes había sido encuestado y ante la ausencia de una respuesta, se rió y respondió que “la mejor encuesta será la del 26 de octubre, cuando abran el último voto y haya ganado el FA”.
Todo esto se debe a algunos resultados que las empresas encuestadoras dieron a conocer últimamente. Cifra indicó que el FA bajó de 43 a 41% en intención de voto y en el mismo período el Partido Nacional (PN) subió dos (de 30 a 32%), el Partido Colorado (PC) bajó un punto (15%) y el Partido Independiente (PI) se mantiene.
Para Equipos Mori, desciende la intención de voto al FA al 39%, sube el PN a 30%, un 13% opta por el PC y 2% por el PI, con un 13% de indecisos. Opción Consultores, indica un descenso del FA de 44 a 41%, en tanto el PN mantiene en 32% su mejor registro hasta ahora.
El ejercicio de la memoria, que se debe aplicar en diversos ámbitos y no solo para recordar los logros de un gobierno, nos conduce hacia una intensa jornada de campaña que Vázquez desarrolló durante 2004 en la ciudad de Buenos Aires. Allí dijo a la prensa que “las encuestas y lo que vemos en el interior uruguayo indican que ganamos y yo tengo absoluta confianza que Uruguay va a cambiar por un proyecto político solidario, de atención a los sectores sociales más necesitados”.
Posteriormente, ante la mesa de Mirtha Legrand afirmó que ninguna de las encuestas le daba --en aquella oportunidad-- menos del 50% de los votos, lo que estimaba suficiente para convertirse en presidente.
Al retornar a Uruguay, en un acto realizado en Canelones, dijo más o menos lo mismo. “No hay encuesta que se resista a decir que estamos por debajo del 50%”, asegurando en 2004 que no habría segunda vuelta.
Antes servían aquellos resultados, pero ahora “están muy nerviosos porque en octubre gana el Frente y con mayoría parlamentaria”.
De última, los uruguayos lo decidirán el día de las elecciones. Lo inaceptable es la provocación y la intolerancia, porque por allí circula la “vergüenza”. O mejor aún, como dijo el gran Rafael Alberti: “se equivoca la paloma, se equivocaba”.