Opinion | 26 Ago Actualmente, existen más de 300 millones de personas ciegas en todo el mundo que solamente acceden al 1% de los libros publicados. En nuestro país, el Parlamento acaba de aprobar por unanimidad el Tratado de Marrakech, el cual pasó ahora para su promulgación por parte del Poder Ejecutivo, y que busca facilitar el acceso a las obras publicadas a las personas ciegas, con discapacidad visual o con otras dificultades para acceder al texto impreso.
Uruguay se convirtió en el primer país sudamericano en ratificar este documento que garantiza a las personas ciegas o con baja visión el acceso a las publicaciones impresas.
Este tratado permite resolver las barreras legales existentes e incorporar en las leyes lo que se denomina “excepciones al derecho de autor para personas con discapacidades”. De este modo, reconoce las dificultades para acceder al texto impreso que tienen las personas ciegas o con baja visión y permite optimizar los recursos para generar redes y realizar intercambios internacionales de publicaciones accesibles que permitan multiplicar el acceso a los libros.
El tratado fue promovido por la Organización Mundial de Propiedad Intelectual (OMPI) y negociado por 600 delegados de los 186 estados miembro de dicha institución, habiendo sido suscripto en Marrakech (Marruecos) el 27 de junio de 2013.
En nuestro país la Unión Nacional de Ciegos (UNCU) en conjunto con la Fundación Braille y la Biblioteca Nacional (Bibna) trabajaron intensamente para que este tratado fuera analizado en el Parlamento. En 2008 fue aprobada la convención sobre los derechos de las personas con discapacidad y en 2012 presentó el primer informe país sobre el cumplimiento de los derechos de esta población. Por lo tanto, el Tratado es el segundo específico que ratifica Uruguay en materia de discapacidad como complemento de artículos esenciales de la Ley Nº18.418 en lo que respecta a la accesibilidad, participación en aspectos recreativos, culturales, de deportes y de la vida política.
La mejora del acceso de las personas ciegas o con baja visión a las obras publicadas se pretende dar a través de formatos como el Braille, letra grande y audiolibros, además de impulsar acuerdos y cooperación de editoriales para la reproducción de los materiales en estos formatos.
Contar con estos instrumentos legales resulta sumamente necesario para que los uruguayos ciegos o con baja visión ven incrementadas sus posibilidades de acceso a la información y el conocimiento, así como a facilitar su integración en centros de estudio y lugares de trabajo que generalmente no cuentan con infraestructura ni recursos adaptados a sus necesidades.