Dolores Moreira

Deportes | 27 Ago Tras haber ganado la regata final de Byte CII de los Juegos Olímpicos Juveniles de Nanjing 2014, la sanducera Dolores Moreira cerró su participación en el noveno puesto. Pocas horas después de haberse tirado al agua para festejar ese triunfo, la velerista dialogó brevemente con EL TELEGRAFO con respecto a esta presencia olímpica y su experiencia.
“La cancha era muy difícil, con borneos de más de 30 grados en las regatas, poca profundidad y obviamente falta de viento”, dijo la abanderada celeste en los Juegos para detallar además, entre risas, que había muchos camalotes, “que son mis rivales más fuertes porque siempre tengo problemas con ellos”. La sanducera agregó que “en general en las regatas siempre venía a mitad de la flota, pero la mayoría de las veces perdía puestos por errores tontos, aunque hubo algunas en las que pude pelear por la punta con las medallistas y se sintió muy bien”.
Pese a que el viento jugó una mala pasada durante prácticamente todo el campeonato, al punto que quedaron tres regatas sin poder desarrollarse previo a la final, para Moreira “los días sin viento fueron --en mi opinión-- los mejores porque tuvimos tiempo de conocernos más entre los competidores, jugar, compartir música de distintos países, culturas y ¡nos tiramos al agua desde un yate de cuatro pisos!”, dejando en claro la valía de la experiencia vivida más allá del agua, sino disfrutando de la otra cara de los Juegos.
Moreira se quedó con la regata final de la competencia, lo que deja en claro que pudo haber superado su actuación si las condiciones hubieran sido diferentes. “Si se hubieran corrido más regatas el día de la final, podría haber recuperado más porque estaban dadas las condiciones que son mis preferidas, porque no ha desventajas en velocidad con respecto al resto y ya todo depende de la táctica, pero igualmente estoy feliz”, indicó.
Las anécdotas tanto en el agua como afuera, participando de las diferentes actividades de los Juegos, son muchas. Pero seguramente no se olvidará que, pocos días antes de la regata final, cuando el viento parecía seguir jugando una mala pasada y todo hacía indicar que nuevamente no habría actividades, un tifón puso a todos nerviosos.
“Estaba jugando al ping pong con una amiga de Portugal cuando bajaron la bandera de postergación, así que salimos y vimos a todos correr para cambiarse, y nosotras nos fuimos a los vestidores. Cuando llegamos a la explanada donde estaban los barcos veo que todos los voluntarios empezaron a correr para adentro, pero los navegantes iban hacia la rampa y tiraban los barcos al agua, porque no tenían ni idea de lo que se venía”, relató.
“De golpe empezó a llover muy, pero muy fuerte, y de la nada apareció viento, rayos, gente gritando como loca, a 10 metros no tenías visibilidad, y mi entrenador y yo nos tuvimos que sentar arriba del barco para que no se volara.
Varias embarcaciones se tumbaron en la rampa, y los que salieron pasaron los peores 10 minutos de sus vidas, me imagino. Cuando pasaron los 35 nudos de viento comenzaron a volver los que estaban en el agua, y lo increíble es que murió el viento otra vez, aunque siguió la lluvia”, agregó.

Y LLEGÓ LA SEGUNDA
El atleta artiguense Martín Castañares cosechó la medalla de bronce en la posta por equipos mixtos de 8x100 metros en los Juegos Olímpicos Juveniles de Nanjing, logrando así para Uruguay la segunda presea luego de la de plata obtenida por Francisco Calvelo en saltos ecuestres por equipos.
Castañares integró el equipo 17, conformado además por Samantha Geddes (Australia), Michaela Hruba (República Checa), Noel Del Cerro (España), Wogene Sidamo (Etiopía), Hussaim Fahumee (Maldivas), Dhakirina Fatima (Comores), Salwa Naser (Bahrein), Domingos Savio (Timor Oriental) y Nagisa Mori (Japón).
Por otra parte, vale señalar que el hockey 5 femenino de Uruguay terminó sexto en los Juegos, tras perder por 5 a 4 ante Nueva Zelanda.