Opinion | 01 Sep Villa Ituzaingó es una localidad ubicada al este del departamento de San José y, según el Censo de 2011 del Instituto Nacional de Estadística, cuenta con 771 habitantes.
Esa escasa densidad poblacional no resultó un impedimento para juntar 250 firmas que se plasmaron en una carta elevada a las autoridades de la Dirección Nacional de Medio Ambiente (Dinama) para solicitar que la zona se declare no apta para el cultivo de soja porque sus habitantes aseguran que la utilización de plaguicidas en un campo lindante de 250 hectáreas ha afectado su salud, además de una mortandad de abejas y daños a huertas y frutales.
Este pueblo chico logró la presencia de autoridades ambientales y del ministerio de Ganadería (MGAP), que escucharon los testimonios y comprobaron la realidad de sus reclamos, a tal punto que el director de la Dinama, Jorge Rucks, anunció que analiza impulsar una nueva normativa que rija el uso de agroquímicos.
Sin embargo, el director de Servicios Agrícolas del MGAP, Inocencio Bertoni, dijo a los vecinos que la cartera respalda el desarrollo agrícola de los últimos años, en tanto así se explica el crecimiento económico que ha tenido el país, aunque reconoció que no debe darse a costa de la salud de los uruguayos.
Es así que pidió a los asistentes recurrir a su repartición y denunciar a quienes no cumplieran con la reglamentación que indica la prohibición de fumigar a menos de 300 metros de un centro poblado por vía terrestre o 500 metros por vía aérea.
Diversos pobladores de otras tantas partes del país ya lo han hecho y en algunos casos aguardan no solamente a que se cumpla la mencionada disposición, sino a movilizar a las autoridades a efectuar los controles que menciona el jerarca. De hecho, a la Dinama le consta que en los últimos años han aumentado de manera sostenida las denuncias ambientales por el mal uso de pesticidas. Casi paralelamente al crecimiento agropecuario al que hacía referencia Bertoni.
A partir de octubre se iniciará una nueva temporada para la soja y a los habitantes de esta villa maragata les urgía obtener un compromiso de las autoridades, aunque faltó a la cita el Ministerio de Salud Pública a pesar de la comprobación de un incremento en los casos de alergias.
Por su parte, la dirección de Higiene de la Intendencia de San José informó que estudia la solicitud de medidas cautelares y Ordenamiento Territorial evalúa delimitar la zona de plantación y fumigación.
Lo que ocurre en Villa Ituzaingó no es diferente a lo que se comprueba en otros lugares del interior profundo y en ocasiones los pueblos chicos son ejemplo de determinación y espíritu crítico a esos mensajes que se repiten como una letanía. Hay oportunidades en la que resulta imperioso levantarse de sus escritorios instalados en Montevideo y salir a constatar que la salud física y mental es la clave para cualquier otro desarrollo.