Paysandú, Martes 02 de Septiembre de 2014
Rurales | 27 Ago En el Hotel Altos del Arapey, departamento de Salto, se desarrolló una actividad convocada por la firma Bayer, en la cual los técnicos uruguayos plantearon las dificultades en el control de malezas en el país, con especial énfasis en la “carnicera”.
La ingeniera agrónoma Amalia Ríos, del Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA), explicó que Uruguay tiene “con el Plan de Manejo de Suelos, una buena cobertura durante el invierno, lo que permite un buen manejo de las malezas, que pueden ser manejadas en un sistema de rotación de cultivos”. Sin embargo, en esta situación se están teniendo problemas con el control de éstas, principalmente con las “carniceras”.
“Actualmente el productor tiene en sus campos cultivos de invierno o puentes verdes, por ejemplo avenas o raigrás, y eso hay que mantenerlo libre de malezas para que cuando Uruguay largue con la siembra de primera de soja, no tengamos esas plantas de carniceras que miden 50 centímetros y que son incontrolables o se controlan con costos de U$S 60”, indicó.
La especialista entiende que el productor trata de hacer lo mejor posible para evitar estos problemas y que la investigación y los técnicos deben trabajar para controlar estas situaciones. Para resaltar la problemática del control de esta maleza, Ríos relató: “Caminaba en el campo de golf y encontré carniceras de diez centímetros y es un tapiz que está cubierto y sin embargo está ahí, o sea es una maleza que es cosmopolita”.
Añadió que el menor descuido puede perjudicar la producción y generar importantes pérdidas económicas, principalmente de soja en el país. Esta maleza produce 300.000 semillas y se desplaza a distancias que, según estudios mencionados en la reunión, con altas corrientes de viento pueden llegar a 500 kilómetros, o sea pude ir de Montevideo a Rivera.
El control debe realizarse por lote para que los costos de la aplicación no sean altos y al mismo tiempo más efectivos, dijeron los profesionales en el marco de las presentaciones. Una de las debilidades que tiene esta maleza, según la profesional del INIA, es que “la semilla no tiene dormancía y germina muy velozmente, entonces se podría hacer un control muy rápidamente si no dejamos caer semillas en el campo”.
Otro de los problemas que se registra actualmente es el raigrás, lo cual se podría revertir en dos años “si se realiza un control que no permita que la semilla, que son difíciles de controlar, caigan al suelo”. Según un estudio realizado en Nueva Zelanda, donde se controló que la semilla de raigrás no cayera al suelo, se logró en un año pasar de 800 plantas en 1,8 metro a 200 y al segundo año, 0,8 plantas. “Eso quiere decir que se puede revertir, solamente con controlar el flujo de semilla al suelo”, resaltó Ríos.
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