Paysandú, Jueves 04 de Septiembre de 2014

Basta de excusas en el Puente

Opinion | 31 Ago En el mundo, los pasos fronterizos --en general-- tienen controles unificados de modo que en un único lugar se hagan todos los trámites migratorios y aduaneros. Y en muchas partes del mundo la tecnología permite que con solo colocar un dedo --generalmente el índice-- en un lector de huellas dactilares se descarguen todos los datos del usuario en la terminal del operario de Migraciones. Un simple “clic” y un “Buen viaje” no toman más que segundos.
En el puente internacional Paysandú-Colón existe desde hace años el Área de Control Integrado (ACI) en la cabecera uruguaya y desde hace casi treinta años se busca mejorar las condiciones para el tránsito fronterizo. Pero lejos estamos de esa tecnología. Y lejos, lo que es mucho peor, de la seguridad de que la poca tecnología con que se cuenta funcione cuando más se precisa.
Durante muchos años los turistas argentinos de verano fueron “recibidos” con hasta 12 horas de espera --bajo el inclemente Sol-- para cruzar los 2.350 metros del puente que les permite acceder a Uruguay y desde aquí seguir a las playas esteñas o continuar viaje hacia algún punto turístico en Brasil. Esa era la bienvenida que les daba este “país amigo”.
Finalmente, los sueños de tantos turistas --más que tales, plegarias en ritmo de insultos-- lograron que ambos países se pusieran de acuerdo en compartir sus registros de ciudadanos para que estos al presentar el documento de identidad pudieran ser localizados en el sistema informático. Claro, a lo criollo, no como correspondería al mundo tecnificado que avanza sin nosotros. Los documentos nacionales actuales no permiten su uso electrónico, por lo que los datos deben ser digitados por el operador. Uno por uno. Y esperar que el sistema nos encuentre.
En 2012 apareció la Tarjeta Vecinal Fronteriza (TVF), pero más allá de los pomposos anuncios hoy prácticamente ha caído en desuso. También se anunció el aumento de personal. Pero a lo sumo se hace por temporadas y por lo tanto no se tienen en cuenta los picos de tráfico o fechas clave. Y las filas se repiten según pasan los años, los gobiernos, las promesas y los anuncios de soluciones que no solucionan.
Porque debe recordarse que fue en febrero de 1986 cuando en Buenos Aires se definió como prioritario “hacer de la región rioplatense un espacio común”. Y en mayo del mismo año, en Fray Bentos, se acordó un régimen de control único de frontera y de documentación unificada.
Desde entonces ha pasado de todo. Hasta la amenaza (un poco satírica) de los intendentes de Paysandú y Colón de encadenarse en el puente para que se solucione el problema de la enorme, injustificada, imposible de comprender, demora para cruzar el tendido internacional.
¿Avances? Cierto que los ha habido, pero todo se cae en pedazos cada vez que, precisamente, se cae el sistema informático (por suerte es solo un paso de fronteras y el programa no es para controlar ojivas atómicas, si no…). Y todo retrocede unos cuantos años, al tiempo del trámite manual, en formularios. Eso fue lo que sucedió, una vez más, el pasado 25, tras el fin de semana largo. ¿La solución luego de horas de atraso? Dejar pasar los vehículos sin controlar.
Ni siquiera es necesario ser países de primera para administrar adecuadamente un sistema migratorio fronterizo. Hay sí, que ser países serios y respetuosos de sus ciudadanos. Y no seguir inventando trámites y “sistemas” para dar “seguridades”, como la exigencia de la partida de nacimiento a los menores, cuando terminamos abriendo las fronteras por incapacidad para hacer bien lo mínimo necesario. Como uruguayos, podemos exigir al menos a nuestro gobierno a que haga algo tan simple y sencillo como tener un sistema de control migratorio fronterizo. Y nada de excusas. O mejor todavía, basta de excusas.
En el mundo millones de personas van y vienen sin que se “caigan” los sistemas. Y a nadie se le ocurre que algo así pueda pasar en un aeropuerto internacional, como el de Madrid-Barajas, por ejemplo, por donde entran y salen más de 4 millones de pasajeros por mes. (“Señores pasajeros, les habla el Capitán. Tengan el bien de llenar el papelito que les entregará Migraciones porque por décima vez se cayó el sistema informático”). Pues, si en otras partes del mundo las cosas funcionan bien, copiémoslas. O compremos las cosas hechas a los que saben.
La decisión de qué hacer corresponde --de este lado del río-- al gobierno uruguayo. Es a quien como orientales nos corresponde exigir una solución final y completa. Y ya es tiempo, ¡Oh, dioses del Olimpo! ¿Hasta cuándo?
Es cuestión de ver qué medidas se toman después de esta nueva falla, pero los usuarios han pagado más que de manera suficiente “el pato”. Ya basta. Ya es tiempo. Si en tantas otras partes del mundo cruzar las fronteras transnacionales es algo cómodo, simple y fácil, ¿por qué aquí no? Por favor, dejemos por una vez de ser “creativos”, de la misma forma en que ya descartamos las ceibalitas para las próximas elecciones. Copiemos lo bueno. Pero rápido, que el Sol ya prepara sus calores de verano.


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