Policiales | 05 Sep Un conocido traficante requerido por abastecer un expendio de droga en el barrio IC 20 fue capturado por personal de la Brigada Departamental Antidrogas y puesto a disposición de la Justicia Penal.
La captura de Carlos Mauricio Barrientos Britos, de 28 años, alias “El Lito”, poseedor de un antecedente penal por distribución de estupefacientes, había sido requerida por el juez Fernando Islas desde la Operación “Perseo” en junio --en la que fueran detenidas 22 personas--, y permanecía pendiente desde la Operación “Cambá” instrumentada en agosto y que desbaratara una “boca” cuyas ganancias diarias mínimas ascendían a $ 10.000. “El Lito”, domiciliado en el barrio Curupí, estaba sindicado como el principal proveedor de ese expendio, pero cuando se desarrolló el último operativo huyó hacia Rivera junto con su pareja, hija del cabecilla de una red de trata de blancas, encarcelado en el año 2012, en un caso de gran repercusión nacional.

VISITA A CERRO CARANCHO
Pese a que Barrientos logró escapar, sus pasos eran estrechamente vigilados por los policías especializados de la Brigada, quienes en las últimas semanas recabaron información de que el delincuente y su pareja habían ido a visitar al padre de ésta, alojado en el establecimiento “Cerro Carancho” de Rivera.
Finalmente, el miércoles la vigilancia dio sus frutos, ya que se supo que el malviviente se encontraba en Paysandú y transitaba en un automóvil Volkswagen Gol blanco, matriculado en Montevideo, en compañía de una mujer poseedora de antecedentes penales por venta de droga, que también estaba requerida. Esta mujer es familiar de otra que fue procesada junto a su concubino y la madre de éste, como responsables de la “boca” de droga desbaratada en el barrio IC-20.

PERSECUCIÓN Y CAPTURA
Próximo a las 22.30, efectivos de la Brigada descubrieron a la pareja en el automóvil en la zona céntrica y comenzaron a perseguir al vehículo, logrando interceptarlos en Florida y Zorrilla de San Martín, frente al Instituto de Formación Docente, en momentos en que ese lugar había gran número de personas. Barrientos debió ser reducido por la fuerza, en medio de una fuerte tensión ya que el delincuente intentaba extraer de sus prendas de vestir un objeto que en primera instancia se creyó se trataba de un arma de fuego pero, finalmente, resultó ser un teléfono celular del que intentaba desprenderse ya que, al parecer, contenía información que lo comprometía.
Finalmente, los dos ocupantes fueron conducidos detenidos y puestos ayer a disposición del juez Fernando Islas, quien dejó en libertad de la mujer y procesó con prisión a Barrientos por un delito continuado de negociación de estupefacientes.