Deportes | 08 Sep En un encuentro pobre desde el punto de vista técnico, pero cargado de emociones, Rampla se llevó un punto que es demasiado para lo que pudo proponer, pero que en cierta forma premió su insistencia para sobreponerse a lo adverso de la situación ante un Juventud Unida que, en cambio, dispuso de por lo menos cinco posibilidades muy claras para aumentar su distancia y no lo supo cerrar. En el primer tiempo Rampla quedó condicionado por la amarilla prematura de Galmarini, y antes de finalizar la primera parte volvió a ser amonestado y los del puerto quedaron sin lateral izquierdo, cuando ya estaban perdiendo.
Juventud buscó la apertura tratando de habilitar a Pons y a Jaime, mientras que el argumento ramplense en todo el encuentro fue tratar que Daglio hiciera valer su corpulencia pero, si bien lo hizo y fue un dolor de cabeza constante, en general el grandote no estuvo fino en la definición. La apertura llegó por un desborde de Capdevielle, que envió un centro preciso al segundo palo, donde Jaime la esperó para servirla de cabeza al medio del área para que Silvera, también de cabeza, sacudiera las redes. Iban 33 minutos y se justificaba plenamente el resultado.
En el entretiempo Rampla remendó el equipo, recompuso la zaga, y pasó a su capitán, Martínez, a la mitad de la cancha para tratar de tener otra presencia. Si bien quedó muy expuesto en el fondo, a la postre le terminó saliendo bien, sobre todo porque Juventud no encontró la forma de anotar el segundo gol.
Por sendas lesiones los experientes delanteros del equipo verde, Pons y Jaime, dejaron el lugar a valores más jóvenes que no tuvieron la precisión necesaria para cerrar el marcador, aún en posición muy ventajosa frente al portero adversario.
Rampla siguió empujando, aún cuando quedó con dos jugadores menos, por la expulsión de Da Rosa.
Apenas tres minutos habían transcurrido desde la segunda expulsión para que el partido tuviera un giro dramático. Juventud cedió un tiro libre que ejecutó el golero De los Santos y luego del despeje de Poggio y un centro poco ortodoxo, desde la medialuna y de volea Guzmán emparejó el marcador. De allí al final el partido fue una moneda en el aire, hubo algunas faltas violentas y sobrevino la expulsión de Rodríguez que no modificó el trámite. Marco Rivero