Informe forense cambió línea de investigación

Policiales | 02 Sep Un informe remitido a la Jefatura de Policía de Paysandú por la Dirección Nacional de Policía Científica respecto a la muerte de una mujer --cuyo cuerpo fuera hallado en diciembre del año pasado en avanzado estado de descomposición, con un cable enrollado al cuello-- dejan entrever que el fallecimiento se produjo por homicidio.
La investigación, iniciada por la citada dependencia a instancias del exjefe de Policía, Alberto Camacho, comenzó luego de que arribaran a Paysandú los resultados del informe aludido, solicitado oportunamente para conocer la identidad y la causa de muerte de la mujer.
De Rivera
El análisis de las huellas dactilares por la Dirección Nacional de Policía Científica --que en primera instancia resultara infructuoso debido al avanzado estado de descomposición-- concluyó que podían coincidir con las de una mujer joven, de entre 25 y 29 años, cuya desaparición había sido denunciada en la Seccional Primera de Policía por una mujer oriunda de Rivera.
Una vez comparadas las huellas --extraídas oportunamente por el equipo científico en la morgue judicial-- y las que estaban en poder la comisaría, se encontró un elevado nivel de coincidencia, por lo que se emplazó a la denunciante y ésta se trasladó a Paysandú, donde, mediante exhibición de algunos objetos personales y otros indicios, se estableció fehacientemente que se trataba de la joven riverense.
Seguidamente, especialmente en consideración a la hipótesis de homicidio sugerida en el informe de Policía Científica, el Comando dispuso una investigación que comenzó a desarrollarse bajo estricta reserva. Personal de la Dirección de Investigaciones reconstruyó los pasos de la mujer y así supo que, desde tiempo atrás, convivía con un hombre de unos 40 años en barrio Tatuces Sur, quien fue oportunamente indagado. A la vez, se identificó el círculo de personas allegadas a la joven, quienes se encuentran actualmente bajo investigación en base al elemento emergente de la pericia, que sugiere que la muerte es resultado de homicidio y cuyo naturaleza no se revela a los efectos de no entorpecer la investigación policial.
Demasiado cable
Previo al informe, ya habían surgidos algunas sospechas respecto a la hipótesis inicial de suicidio como a la altura --excesiva para un ahorcamiento-- a la que fuera amarrado el cable enroscado en el cuello del cadáver, pero, como en la investigación de cualquier muerte, la prioridad fue identificar a la víctima, tarea que se tornó muy compleja.
En primera instancia, arrojó resultado negativo el registro fotográfico de las prendas de vestir, un gorro tipo jockey, anillos y una cadena; pertenencias que fueron puestas a disposición de todas aquellas personas que eventualmente conocieran a alguien ausente de su hogar. Pese a que se aseguró total reserva a los posibles informantes, solo una mujer se contactó entonces con la Policía para manifestar su interés en acceder a las fotografías.
Como se informó, el cuerpo de la mujer fue hallado con un cable blanco enrollado --con un excesivo nudo de cuatro vueltas-- al cuello y colgado de la rama de uno de los árboles que componen la densa vegetación ribereña del río Uruguay en la zona de San Félix, más específicamente al fondo de un camino que nace en dirección a la costa, unos 200 metros antes del hipódromo y ubicado en forma paralela a unos 500 metros al Este del camino que conduce a la denominada “Piedra del Indio”.
En los últimos meses, el procedimiento iniciado en base a la hipótesis de homicidio no ha registrado avances significativos.