Locales | 05 Sep La sala del teatro Florencio Sánchez quedó en la víspera lista para ser reabierta, después que fue colocada una malla de material plástico del tipo usado como protección en la construcción y como trasmallo, con una capacidad de 192 kilos por nudo. Esto “asegura que incluso --digamos como ejemplo extremo-- se cayera al mismo tiempo todo el cielorraso, quedaría contenido por la malla. Por sobre ella se puede caminar sin problemas, es total la seguridad”, dijo Carlos Pascual, uno de los directores de la restauración del teatro Solís, que asesora a la Intendencia de Paysandú y a la Fundación Amigos del Teatro Florencio Sánchez. La consultoría se ejerce a través de un convenio entre la intendencia sanducera y su par montevideana.
La malla fue colocada aprovechando la estructura de Paraíso --el anillo no habilitado porque no tiene autorización de Bomberos-- cubriendo toda la platea, excepto el foso frente al escenario “porque no es necesario y hubiera significado usar otras estructuras que no nos pareció conveniente”.
La colocación de la malla “brinda total seguridad a la sala, en todo momento”, dijo Pascual, quien recordó que “es una opción muy usada en edificios patrimoniales. En el Palacio Taranco de Montevideo, hay una red desde hace dos años, y ha sido una gran solución. Espero, claro, que aquí no permanezca tanto tiempo”.
La red, de más de 20 metros, fue tejida a pedido en Montevideo, y en la víspera unas quince personas trabajaron en su colocación. Para ello se debió bajar la araña central, que fue nuevamente ubicada en su lugar al mediodía.
Ahora “estamos en condiciones de reiniciar normalmente la temporada hasta fin de año; es algo muy importante porque después de tanto trabajo en la recuperación de la sala, lo que se quiere es tenerla abierta, con espectáculos, para que todos disfruten de este gran teatro”, comentó Pascual.
La malla “es ciertamente una solución temporal, pero totalmente segura. Técnicamente es muy buena, fue tejida con la calidad requerida y colocada tal como debía hacerse. Se ha hecho todo bien y no habrá problemas aun cuando haya otros desprendimientos” dijo y agregó: “de todas formas desde el último desprendimiento por la tormenta de viento nada más ha ocurrido, pero para abrir la sala había que dar plena seguridad”.
La colocación de la malla “no implica que terminemos acá, porque hay que seguir trabajando para llegar a la solución definitiva que será reparar el cielorraso actual, o en último caso demolerlo y construir otro en su lugar”. Para llegar a la conclusión técnica final “volveremos en enero, una vez que termine la temporada teatral 2014, para realizar cateos en el cielorraso, los que nos determinarán el estado real de la estructura. Tiene que estar unido el yeso a la estructura de madera. Si está separado un par de milímetros puede solucionarse, de lo contrario no, debe usarse otra solución técnica, que puede ser demolerlo y construir otro”.
Si bien para llegar a ese extremo deberá contarse con la autorización de la Comisión de Patrimonio Cultural de la Nación, “en este caso la pintura que tiene puede ser reproducida en un nuevo cielorraso que sí brinde total y completa seguridad”.
Por otra parte, “como ocurre actualmente en el teatro Solís, deben seguirse las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud y no sobrepasar en sonido los umbrales de peligro para el oído humano, así que habrá que agregar un medidor de decibeles y hacer respetar esos límites. Eso, sin dudas, también salvaguardará la estructura general”.
Pascual agregó que “el año que viene quizás sea un año difícil para trabajar, porque estarán las elecciones municipales, pero creo que es algo que está más allá de partidos y que debe continuarse y terminarse el trabajo. El teatro tiene que quedar a pleno y en la mejor forma”.