Paysandú, Sábado 13 de Septiembre de 2014
Opinion | 09 Sep Aunque hace algunos años algunos gobiernos hasta llegaron a dudar que realmente estuviera ocurriendo, el cambio climático es hoy una realidad incuestionable. Uruguay está trabajando seriamente en este tema y desde hace cinco años cuenta con un decreto del Poder Ejecutivo que creó el Sistema Nacional de Respuesta al Cambio Climático, que ha permitido el desarrollo de herramientas y estrategias para enfrentar los desafíos del cambio y la variabilidad climática.
Los sistemas nacionales de emergencias y de respuesta al cambio climático, la Ley de Ordenamiento Territorial y Desarrollo Sustentable, el Plan Quinquenal de Vivienda 2010-2014 y el rol de la Dirección Nacional de Agua (Dinagua), fueron las principales acciones que ha hecho nuestro país para la adaptación al cambio climático, según la evaluación realizada desde el Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente.
En el marco de un proyecto promovido por la Estrategia Internacional para la Reducción del Riesgo de Desastres, 168 países trabajan para reducir los riesgos de desastres mediante una mayor participación de la sociedad civil y la articulación de los niveles locales, nacionales e internacionales, basándose en la metodología de Visión de Primera Línea elaborada y promovida por la Red Global de Organizaciones de la Sociedad Civil para la Reducción de Desastres (GNDR).
Trabajar en esta línea en Uruguay ha permitido también visibilizar situaciones de vulnerabilidad en las que se entrecruza cambio climático y pobreza o roles de género, como es el caso de la importante cantidad de hogares con jefatura femenina afectado por inundaciones. En este sentido, la subsecretaria del Ministerio de Vivienda, Ordenamiento, Territorial y Medio Ambiente, Raquel Lejtreger, “ha señalado que las desventajas históricas, su limitado acceso a recursos, y el escaso nivel de participación a la hora de influir en decisiones, hace a las mujeres altamente vulnerables al cambio climático, pero también protagonistas en las políticas de prevención y soluciones de sustentabilidad para la vida”. Es una apreciación muy lógica. Involucrar a las personas que padecen los efectos del cambio climático en la búsqueda de las soluciones es una buena opción.
Por otra parte, hoy en día es posible identificar zonas en donde no se debería realizar construcciones de vivienda por ser inundables porque sabemos que cada 10 años aproximadamente va a haber una inundación. A nivel productivo, también deberían instrumentarse acciones planificadas, especialmente por ser un país que tiene tanto sequías como inundaciones. Planificar, adaptar y prevenir, son acciones que nos veremos obligados a incluír en nuestras agendas. Por el bien de todos.
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