Paysandú, Miércoles 24 de Septiembre de 2014
Rurales | 18 Sep Basado en un buen manejo del destete y la selección de los potreros para los vientres a ser entorados, la ingeniera agrónoma Virginia Caravia obtiene en el predio “La 13” --en las cercanías de Quebracho-- un 80 por ciento de destete sobre 300 vaquillonas que comienzan a ser servidas a los dos años de edad, utilizando las 400 hectáreas que componen el establecimiento.
Esto quedó de manifiesto en la jornada organizada por el Instituto Plan Agropecuario (IPA) y el Fondo de Transferencia de Tecnologías y Capacitación Relativo al Sector Agropecuario (FTTC), enmarcada en el proyecto de relevamiento y difusión de mejoras en la recría de hembras en vacunos de carne, que contó con numerosa concurrencia.
Más de 100 personas provenientes de varios departamentos del litoral Norte participaron en la actividad, concretada en un sistema criador sobre campo natural de Cretácico, conjugando recursos y resultados. Concurrieron de las localidades de Cabellos y Palma Sola (Artigas), de Tierras Coloradas y Mataperros (Salto), y de Paysandú desde Cuchilla del Fuego, Zeballos, Buricayupí, Las Delicias y Santa Blanca. También participaron alumnos de la escuela Agraria de Guaviyú y del Instituto Tecnológico Superior Paysandú. Caravia dijo a EL TELEGRAFO que “se mostró en la jornada un sistema criador muy sencillo, en campo natural, campo de arena en donde se entoran 300 vacas, obteniendo alrededor de un 80% de destete”. La profesional sanducera ingresó a este programa de cría “pensando básicamente en que es una limitante muy grande que tenemos, y que ha sido un problema. Hoy lo estamos solucionando a base de aprendizaje”, dijo.
Explicó que los terneros se destetan a mitad de marzo, “vendiéndose todos los machos y una parte de las hembras, quedando en el predio únicamente las hembras que serán la reposición”.
De ahí comienzan a alimentarse, “ya que pretendemos que la ternera no pierda peso en el invierno. Aunque no conseguimos grandes ganancias, esperamos la producción de primavera, del campo, que a fines de setiembre y en octubre comienza a notarse la producción de forraje”.
Esto permite llegar con una vaquillona “pesando entre 210 y 220 kilos en enero. Ahora están con 250 kilos, por lo que se estarán entorando con un peso de alrededor de 280 kilos”. Agregó que “hemos obtenido buenos indicadores reproductivos, básicamente alimentando a la ternera en el primer invierno y manteniendo a la vaquillona a campo natural y bloques proteicos”. Como medida de manejo, “voy al destete temprano porque necesito que la vaca luego del destete aumente condición corporal, y eso lo obtengo con la vaca sin ternero al pie en abril y mayo, porque cuando comienzan las heladas el campo se queda y no produce”.
En ese mismo período debe reservar potreros para que luego para el ganado.
“El destete no es muy temprano porque se hace en marzo, y se cierran dos potreros para que la punta del ganado, que es la que más necesita forraje, puedan alimentarse bien”, sostiene.
DESTETE
Para el destete, en “La 13” se realiza algo similar a un destete precoz, con fardos y ración de 18% de proteína durante todo abril, y luego en mayo y junio “se le cambia a una ración de menor porcentaje de proteína o afrechillo, ajustándole un poco más los kilos”. Se comienza con un kilo, y después se pasa a 1,5 o 1,7 kilos.
No se suplementa el ganado adulto, utilizándose solamente sales minerales, “porque deberíamos contar con mayor infraestructura para hacerlo”. Explicó que en este predio “trabaja solo una persona con mi padre y yo, haciendo todo, pero de todas maneras estoy uno o dos días de la semana en el establecimiento y no daríamos abasto para suplementar”.
CAMPO SUCIO
El campo sucio es uno de los problemas que presenta el predio, “con muchas chilcas, caraguatás”, a lo que Caravia “aún no le he podido encontrar la solución”, dijo.
Se han hecho algunas pruebas utilizándose “herbicidas hormonales, los que no han funcionado del todo bien”. Este año se está pasando rotatativa en algunas zonas, “especialmente para el tema del manejo, para encontrar la vaca parida y que no sea un problema”.
MONITOREO
El ingeniero agrónomo Juan Andrés Moreira es el responsable en el trabajo de monitoreo de las categorías de recría, comenzando su actividad a fin de año con las vaquillonas de sobreaño que se entorarán en noviembre, “haciendo una evaluación de las pesadas y el desarrollo de los animales, y de acuerdo al manejo y los criterios que tiene Virginia Caravia”, indicó.
El profesional es el responsable de llevar adelante el proyecto al norte del río Negro, y durante la jornada explicó en la parada 1 donde se observaron las vacas de primera y segunda cría paridas, y en la parada 2 vaquillonas de 1 a 2 años y terneras, como se realiza la tarea.
En el otoño “comenzamos a monitorear las categorías de terneras –el arranque de la recría después del destete-- con un trabajo periódico a través de pesadas de esos animales”.
Lo que se logra con este proyecto, según Moreira, “es que los productores tienen un concepto más claro de lo veían pero que no controlaban, algunos porque no tenían balanza, otros porque las tareas que realizan por fuera no le daban tiempo”. Ese control de forma más frecuente “le permite tomar decisiones para corregir ciertas deficiencias, como cuando los animales en invierno bajan de peso, o por otros motivos, como ser potreros apretados o la comida es de mala calidad”. La situación de campos sucios “es una de las mayores problemáticas que enfrenta Virginia, lo cual no es de fácil solución, con una diversidad de enmalezamiento leñoso, por lo que la productora trata de convivir con el problema”.
APOYO
El presidente del Instituto Plan Agropecuario (IPA), ingeniero agrónomo Mario Pauletti, dijo a EL TELEGRAFO, en un alto de la jornada, que “se trata de un proyecto que ha tenido un apoyo muy grande de los propios productores. Se crea con la última Ley o modificación del Plan Agropecuario, que sostiene que el 25% del presupuesto sea destinado a un Fondo de Transferencia y capacitación, que tiene como particularidad, que los productores aportan un 25% de ese fondo, para la difusión de las actividades”. Aclaró que eso puede ser en moneda o en trabajo. En el caso de “La 13”, “durante varios meses está a disposición de la institución, con pesadas continuas, trabajo que tiene un costo importante, y por lo tanto cubre esa exigencia legal con el aporte de los productores”.
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