Opinion | 21 Sep La Intendencia Departamental de Tacuarembó adquirió recientemente un prontuario de Carlos Gardel de 1915. “Policía de la Provincia de Buenos Aires, Comisaría de Investigaciones, Prontuario Gardel, Carlos - El pive Carlitos”, N°25.310, La Plata, agosto 14 del año 1915”. Así se establece en la tapa del documento adquirido el pasado mes de mayo por la Intendencia de Tacuarembó. Este documento --que está por cumplir 100 años de antigüedad-- destaca al final que Gardel era “sindicado como estafador por medio del cuento del tío”. Pero, con ser anecdótico, ése no es el dato más relevante que aparece en el “prontuario”, sino la fecha de nacimiento que el cantante declara: 11 de diciembre de 1887; esto es, tres años antes de que naciera su alter ego, Charles Romuald Gardes. Este el papel oficial más antiguo que se conoce y que fortalece la tesis uruguaya de la nacionalidad del Mago. Por recomendación de la historiadora argentina Martina Iñíguez, la comuna tacuaremboense adquirió el documento original a la Sra. Graciela Rocco, de Buenos Aires, por la suma de U$S 4.000. Lo que antecede, que transcribimos del diario “El País” de Montevideo, es una muestra clara de lo bien que ha “tratado” y promocionado Tacuarembó el tema de la nacionalidad de Carlos Gardel que, como sabemos, nació en ese departamento. A mediados del mes anterior informábamos: “Dos piezas sanduceras partirán en los próximos días con destino a Europa integrando una muestra del Museo de Arte Precolombino e Indígena, MAPI, que se exhibirá en varios museos del viejo continente. Una de las piezas pertenece a la colección de José Rivero y la otra forma parte del acervo del Museo Histórico de Paysandú.
Sobre esta última, la directora de esa casa, profesora María Julia Burgueño, explicó que se trata de ‘una pieza escultórica, de madera, de tamaño mediano para lo que hacían los guaraníes misioneros, polícroma, de varios colores, y es original. Está datada por la segunda mitad del siglo XVIII, es una lavandera, una mujer que lava ropa, porque tiene su atado de ropa en la cabeza, representado, y uno de los brazos de tal manera que suponemos que allí llevaba un latón, un cuenco o algo que se empleaba para lavar la ropa’. 
Acerca de esta escultura no hay muchos más datos en el antiguo inventario, lo único que figura es que fue adquirida por la Intendencia e integrada a los museos cuando éstos se crearon, durante la década del 80. La misma pieza ya participó en una exposición similar durante la administración anterior, y en ese entonces fue una exposición regional”. Con estas informaciones pretendemos establecer la importancia que tiene la búsqueda de piezas históricas y la diferencia de actitudes.
Sabido es que la actual administración sanducera mantiene una relación errática con la historial local ya que por un lado le presta especial atención destacando hechos clave como los 150 años de la declaratoria de Paysandú Ciudad, el sesquicentenario del Sitio de Paysandú o el establecimiento de la Villa de la Purificación en territorio sanducero llegando, justicieramente, a denominarnos “Capital del Artiguismo” pero, por otro lado, irrespeta esa valiosa historia con actitudes de descuido, desinterés, y en algunos casos una alarmante falta de rigor histórico.
En relación a la incorporación de piezas históricas podríamos afirmar que por lo menos en las dos últimas administraciones municipales ninguna pieza relevante ha sido sumada y no hay quien procure “descubrir” piezas importantes de la historia sanducera y, sepa el lector que aparecen todos los días. Desde la feria “La Heroica”, en la Avenida Soriano, hasta ciudades como Tacuarembó, Rivera, Colón, Concepción del Uruguay y, por supuesto Montevideo, podemos hallar recuerdos, más o menos destacados, de la historia de Paysandú.
Pero, también es de preguntarse, ¿para qué buscar más piezas si una gran parte de las existentes no están a la vista del público? Porque eso es lo que sucede actualmente. Y lo que decimos puede ser comprobado fácilmente por cualquier persona que haya visitado los museos locales algunos años atrás.
Actualmente el Museo Histórico Municipal se divide en dos salas. En una de ellas se presenta una muestra con un tema específico. En la otra sala hay una exposición de buen nivel técnico que sería excelente para un estand de una feria internacional de turismo histórico.
Pese a no ser museos, tanto el Mausoleo del Gral. Leandro Gómez como el Monumento a Perpetuidad están en la misma repartición de la Dirección Municipal de Cultura y obviamente tienen una relación directa con la historia local, por lo que debemos incluirlos en este comentario.
No hay explicación posible para que el Mausoleo esté cerrado pues el cartelito “En refacción” no es de recibo ya que hace meses y meses que en el lugar ningún obrero ha tocado nada y mientras tanto los restos de Leandro Gómez están “en custodia”. Es realmente ofensivo que ese mausoleo no se reabra, que los restos vuelvan a su lugar en su urna y que un soldado del batallón que lleva su nombre lo custodie permanentemente. Por otra parte, en estos días tenemos una magnífica oportunidad para sacar al “Cementerio Viejo” del estado en que se encuentra. En efecto, 4 y 5 de octubre próximo se celebrará el Día del Patrimonio con el tema “El espacio público, arquitectura y participación ciudadana al servicio de la comunidad”, por lo que sería muy adecuado que se efectuaran tareas tales como limpieza y enjardinado así como la instalación de cartelería, iluminación y quizás hasta ambientación con música para que el Monumento a Perpetuidad sea un lugar digno para recibir a los numerosos visitantes que concurren al lugar.
Debemos establecer además que sería un momento culminante de la recordación de la Defensa de Paysandú que se inaugurara un verdadero Museo de la Defensa. Sería un acto de justicia para aquellos héroes y para todos quienes deseamos mantenerlos visos en la memoria.